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lunes, 23 de mayo de 2016

Nuestra "lluvia de sangre" en la BBC


Toca esperar…

Nunca pensé pasar una mañana como la del pasado jueves 19 de mayo, entre cámaras, micrófonos, periodistas… atendiendo la visita de unos profesionales como la copa de un pino: Joanne, Estelle y Tom. El tema, nuestro hallazgo de algas en la lluvia; y por soporte el bucólico abrevadero de Fuente Encalada (cuya foto con el agua sanguinolenta ha dado la vuelta al mundo), y el sin par Requeijo (sobre todo por estas fechas). Mañana amena, divertida… interesante.

Nervios, cámaras… ¡acción!. En primer lugar una toma de contacto con el señor alcalde de Fuente Encalada, Victorino Núñez (Vitorino), y con varios testigos que en su día observaron y discutieron el fenómeno. Luego comenzó el testimonio de María Eugenia (Marucha), contándonos como vió colorearse las aguas del abrevadero en los sucesivos paseos vespertinos de su grupo de “caminantas”. Después Vitorino expuso el malestar general que el inocente bichito trajo a Fuente Encalada, que si había sido fulanita o menganito, que si los niños no podían chapuzar, que si tumba que si tamba… Y por último me tocó a mí, que con los nervios no sabía a qué atender. Buf…

Requeijo nos acogió entre flores para la última parte de la entrevista, porque sus aguas también participaron de la investigación universitaria llevada a cabo, con resultados sorprendentemente negativos. Javier Fernández Lozano añadió allí el nivel correspondiente a su categoría de investigador del suceso, y de incansable coordinador para que todo lo que se proponga salga bien. Y tiene que salir bien, a la fuerza.

Esta vez ha sido la BBC para su programa Nature’s Weirdest Events, que se presenta como “los eventos naturales más extraños del planeta. Con la ayuda de imágenes tomadas por testigos y equipos de noticias”, el presentador, Chris Packham, trata de “desenredar los hechos y la ciencia detrás de cada fenómeno” (entrecomillado traducido del inglés con Google). Nuestra conocida “lluvia de sangre”, elegida para un programa, todo un honor para nuestros pueblos.

Lo que comenzó aquel raro 2014, meteorológicamente hablando, puede terminar visionado en prácticamente todo el planeta, de la mano del gigante de las comunicaciones inglés. Refresquemos la memoria con el recuerdo de su primavera y verano seco, agostado. Luego un septiembre húmedo, con casi 50 litros, que malogró la vendimia, un octubre que en apenas 10 días se recogieron 90 litros y un noviembre de precipitaciones similares (Bases de datos de Meteo Bedunia, de La Bañeza): https://www.facebook.com/meteo.bedunia/
 Las aguas de tantas lluvias, retenidas en recipientes preferiblemente reflectantes, comenzaron por entonces a teñirse de rojo, lo antes nunca visto. Quien suscribe tuvo la suerte de descubrir esta anomalía cromática y de iniciar la recogida sistemática de muestras. Y mucha mayor suerte de contactar con Javier y su natural disposición para investigar y dar explicación a lo aparentemente inexplicable. En un estudio coordinado con Gabriel Gutiérrez, Antonio Guillén y José Abel, y posteriormente publicado en la sección biológica del boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural (http://147.96.59.157/rsehn/index.php?d=publicaciones&num=40) nos muestran al bichito causante del color y sus características, así como su posible origen transoceánico.

Un “pastel” de esta envergadura necesitaba una “guinda” de su nivel. Otra aportación de Javier, que está en todo: la grabación con el dron de unas tomas aéreas por si las necesitaban, por ejemplo, para la presentación de la zona en el minidocumental. Grabamos un buen rato en Requeijo y Peñacabras de Ayoó, en la Huerga de Congosta, y en el Portillo y las Eras de Fuente Encalada. 

Y nada más que añadir; aquí seguimos, recogiendo y observando la lluvia, por si algún cambio fuera menester indagar. De los ingleses poco sabemos, apenas que antes de diciembre no está previsto publicar nuestro minidocumental. Hasta entonces, y termino como comencé…
toca esperar.

Enlace de interés.
Primer programa de la serie Nature’s Weirdest Events

















El vuelo del "abejorro"











lunes, 2 de mayo de 2016

Excursión pendonera a Palencia; rosas y espinas.




Tengo que reconocerlo. Llevaba un tiempo comentando con mi gente (si venía a colación, y si no también) la excursión a Palencia del pasado domingo 24 de abril. Una visita en la que no íbamos a pasar desapercibidos, pues acompañábamos a unos leoneses altos y bien vestidos que vayan donde vayan llaman la atención: los Pendones. La organización, como siempre al gusto de la gente que se desplazó de una comarca tan amplia, estuvo compartida a tres bandas: la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Palencia, la Asociación del Pendón de poza de la Vega, y la Asociación Cultural Pendoneros Virgen del Castro; con el apoyo, hay que decirlo, de la Diputación de Palencia y de los incondicionales Pendoneros de León.

La excusa, y a la vez el motivo del evento, fue el homenaje a Victorio Macho en el cincuenta aniversario de su fallecimiento, con la subida al Cristo del Otero, una de sus muchas obras. Es una impresionante mole de cemento de más de 20 metros de altura que representa el Sagrado Corazón de Jesús, y el símbolo apreciado de los palentinos. Se irguió en 1931, en lo más alto del Otero, un altozano desde donde se divisa y Él parece bendecir buena parte de la ciudad. A los pies del Cristo se encuentra la ermita de Santa María del Otero, un pequeño museo con vida y algunos trabajos del escultor, y para dejar constancia del apego a su tierra y a su gran obra, su sepultura por deseo propio. Un conjunto que yo describiría con las dos palabras famosas de Jesulín: Im-Presionante.

Como siempre, me lié al contar gente y Pendones participantes, dicen que 350 de unos y 40 de los otros. Para mi, de éstos últimos no importa tanto cantidad como calidad, cada cual aporta al desfile lo que tiene; es mi forma de no distinguir entre Pendón y Pendoneta, y hacer un gran saco con todos los participantes. La verdad es que pude acariciar sedas del año catapún, algunas rasgadas, en varas de corta estatura pero alto valor de la zona palentina. Eso también tiene su enjundia. El recuento de grupos, también según dicen, estuvo repartido en 15 de Palencia, 15 de León, y uno de Zamora, el nuestro del Valle de Vidriales. Y como siempre, recordar los buenos pendoneros venidos de otros pueblos, entusiastas seguidores que no dudan en ayudar al más débil (sin que se note) para conseguir desfilar con armonía y elegancia; éste es el espíritu pendonero.

Para la comida, como suele suceder varias veces, se puso en marcha el “hormiguero”. En un ir y venir, y santiamén, se montaron mesas, sillas, y sirvieron bandejas con orden militar en un improvisado autoservicio. De la misma forma se recogió todo al marchar, no es poco contar con una zona limpia y sombreada como para dejar algún trabajo a mayores de la cuenta. Una suculenta paella (muy bien por las cocineras) y de nuevo a los autocares. Hay que agradecer también a la Policía Municipal su ayuda a la hora de movernos por la ciudad con el camión de las varas y los autobuses; esta vez nos llevaron a la Plaza Mayor, para vestir de nuevo las varas y desfilar por la calle Mayor Principal hasta un parque, el Salón. Allí músicas, exhibiciones de Pendones, bailes regionales… folklore del guapo, la guinda de un día intensamente satisfactorio. ¿Podremos volver? Me apunto.

Pero parece ser natural que lo bello tenga que venir acompañado de algún pesar, véase las rosas y sus espinas. O compárese con lo sucedido apenas iniciar viaje a Palencia, cuando unos miembros de Tráfico detuvieron e inspeccionaron en la autovía nuestros autobuses. En general no nos pareció mal el hecho, al contrario, es bueno el control por la seguridad de todos. Lo triste y lamentable (todo se acaba sabiendo), es que pudieron actuar porque alguien les avisó diciendo que en nuestro viaje se cometían serias irregularidades. Por supuesto que no, y así quedó demostrado. Para más INRI el, o los denunciantes, parecen estar relacionados con este mundillo del folklore, o eso creen ellos; y no fue más que un intento de sabotaje de un gran día para palentinos, leoneses, y cuantos disfrutaron con la fiesta. Y volveremos, claro que si, y hablo en nombre de todos y de la libertad de movimiento, e iremos donde nos plazca o seamos invitados, sin mayor interés que el de disfrutar y hacer disfrutar de nuestro acervo patrimonial. Parece que esto a alguno le revuelve las tripas, ¿no?... 
pues que sea para mucho rato.










Museo






Ermita



Comida




Desfile




Adios, hasta otra.