Cuatro del cuatro del
ochenta y ocho. Qué fecha tan fácil de recordar… y la de veces que se me
olvida. Y es que no soy de fechas, ni de celebraciones; me gustan más, ya lo
sabes, las de “porque sí” y los “repentes”. Tampoco entiendo lo de las decenas,
las docenas, las quincenas, o las “veinticincocenas” de años; hoy se cumplen
veintiocho abriles y me parece un número maravilloso como para gritarle al
mundo nuestro compromiso de aquella mañana en la ermita de San Mamés: “hasta
que la muerte nos separe”.
Veintiocho años dan
para mucho, ¿verdad?. Del árbol plantado aquella primavera surgieron tres
robustas raíces con nombre propio: Adrián, Jorge e Iris. Nombres cortitos y
novedosos en las respectivas familias para que nunca hubiera asomo de error al
identificarlos. Porque sin duda son únicos y especiales; tú los supiste
engendrar y educar como mejor no se puede hacer. Gracias; son la mejor obra que
un albañil puede soñar y te la debo casi toda a ti, la verdad, tú si que sabes
construir cosas guapas, y no yo.
Veintiocho años en
los que nos han obligado a coger el rumbo de una nave hacia lo desconocido.
Bastante buena gente, a su pesar, poco a poco han ido dejando su puesto para
colocarnos ante unas inclemencias difíciles de sortear. Tengo que reconocer que
siempre estuve tranquilo, porque te tuve al lado. El barco se zarandeó como si
el fin del mundo hubiese comenzado, y allí estuviste tú, impávida en proa…. Si
hubieses mirado, unos metros más atrás me hubieses visto abrazado al mástil;
solo tenía la esperanza de mantenerlo en pie, y con él las velas, el motor de nuestra
odisea. A veces sospecho que solo sirvo para eso.
Veintiocho años de ratos
malos, peores, mejores y excelentes. De encajar golpes y celebrar victorias;
aunque para estas últimas quizás estuviéramos tan cansados que las celebramos
borrachos de tranquilidad. Ahora que no me lee nadie contaré nuestro secreto:
con cada árbol caído fabricamos escaleras para trepar al siguiente, y con las
piedras que encontraron los zapatos tapamos baches y grietas. Vuelve conmigo la
vista atrás, y veremos orgullosos un camino allanado, limpio y sombreado; las
huellas de nuestro paseo de la mano por donde nos envió el azar. Me has servido
muchas veces de cayado; perdona si mi hombro no estuvo a la altura de tus
necesidades.
Veintiocho años,
bastantes más, desde aquellas fiestas en Villageriz. Quizás por eso le tengo
tanto cariño al pueblecito de las faldas de Carpurias, al que nunca me da
pereza volver. Y luego la mili, y la enorme distancia al otro continente… y
aquella estrella que unió noche a noche nuestros ojos. Ahora que lo pienso, tal
vez por eso me guste tanto el firmamento, y sus misterios. ¿Recuerdas?, donde no
llegaba el cielo llegó el cartero con varias entregas a la vez…. El último
fascículo fue mi persona, con certificado de propiedad. Dime donde hay que
saltar y pon la distancia; y descuida, tus deseos son mis preferencias.
Veintiocho años,
veintiocho años pueden parecer muchos, y sin embargo los necesito dos veces
para escribir lo que quisiera contar de este maravilloso período, de la
paciencia que has derrochado conmigo; porque lo reconozco, soy difícil de roer.
Y difícil de convivir, ya conoces mi manida excusa: la cabeza no me da “pa”
más.
Como siempre me
recriminas que me enredo en mis escritos (y seguro que tienes razón), termino ya, pero aclarándote una cosa: no te puedo componer la poesía que me pides porque mis musas
sienten celos de ti, me resecan la tinta, me rasgan los papeles, y no me dejan
pensar. Ahora sí, finalizo con un deseo: PARA SIEMPRE; y dos palabras, esas que
apenas te digo porque pienso que recordártelas significa que en algún momento
han dejado de ser ciertas: TE QUIERO.
Veintiocho años, un pequeño
suspiro a tu lado.
Que Dios te lo pague,
porque yo me declaro insolvente ante semejante factura.
Felicidades pareja!!!. Veintiocho abrazos para toda la familia.
ResponderEliminarPrecioso!!!. Felicidades parejita. A por las bodas de oro, o como quieras llamarlas Joaquín que tu eres un poeta y yo no. Asi que un abrazo y espero seguir viéndonos y "discutiendo" nuestras diferencias amistosas. Paulina
ResponderEliminarfelicidades familia !!! nos vemos el viernes y lo remojaremos como dios manda . un besote.
ResponderEliminarLos del Valle desde la Montaña os envían la felicitación más sincera en ese 28 cumpleaños de la firma de ese contrato de convivencia y amor con el " Sí te quiero". Sois unos tortolinos románticos y se os nota en esas estupendas fotos. Os deseamos otros felices 28 para que nos igualeis a nosotros que los celebramos en diciembre pasado y a continuación muchos más. Un abrazo cariñoso deseándoos lo mejor. Me gustará leer esa poesía que te exigen con razón
ResponderEliminarTi Joaquín, acabo de leerlo; Muchísimas felicidades, no sé que comentar, simplemente desearte lo mejor tanto a ti como a Manolita. Saludos y un abrazote.
ResponderEliminar