Me encantan los
refranes. Son la sabiduría popular hecha frases cortas, claras y concisas. Hay
miles, válidos tanto para nuevo, como para roto o descosido.
Hoy, con perdón,
quiero aplicar un refrán de origen sexual, muy recurrido también en el campo
político; donde persigue el mismo objetivo de acceder mediante engaño a donde
no se llegaría de otra forma:
“Prometo hasta que
(la) meto, y una vez metido, se acabó lo prometido”
Este refrán viene a
cuento tras mi experiencia con la fibra (y no es cuento), esa maravilla de
pelillos transparentes que como por arte de magia transmiten mejor los datos
que por otro sistema conocido. Pues eso, que inexplicablemente el servicio ha
llegado a nuestros pueblos, cada vez mas envejecidos, abandonados, olvidados,
aislados… pero que pueden estar superconectados virtualmente con el mundo
mundial. Vamos, que se quema una casa, o se pone alguien enfermo y el aviso
llega en nanosegundos, aunque el remedio tardará una hora; eso sí, mientras
tanto podremos distraernos, comprar, leer, o mil cosas a velocidad
ultrarrápida. La casa se quema, el enfermo se muere, pero la velocidad en una
pasada. ¿Os acordáis del otro refrán que decía “la cura va bien, pero el ojo lo
pierde”? Pues eso.
Sinceramente tengo
que reconocer que en Ayoó de Vidriales tenemos un más que aceptable servicio de
telefonía de Movistar y sus filiales, amén de acceso a internet. No ocurre lo
mismo con otras compañías, que “sólo” están a oscuras; dicho de otro modo, la
calidad no es buena ni mala, es nula. Los profesionales o turistas que vengan
con estas compañías se las ven y se las desean para usar su móvil en el pueblo.
Pero llegó la fibra.
Prometieron velocidades de vértigo, calidades sólo soñadas, y “metieron”.
Primero por los caminos de concentración, y lo digo sin rodeos, no como los que
han dado para llegar a Ayoó, a 200 metros del pueblo hacer un bucle hacia atrás
por otro camino, llegar a Congosta y desde allí bajar a Carracedo. ¿Les regalan
los cables? ¿No será que pasan la factura por kilómetros enterrados? Después
metieron en nuestras casas, y cambiamos sin probar…
Yo fui el primero del
pueblo en contratar la fibra. Por la sencilla razón que pienso que hay ya
demasiada radiofrecuencia en el aire. Puede que sea inocua, o tal vez no. Tantas
radios, televisiones, móviles, “guifis”… se pisan y necesitan filtros; la señal
luminosa me parece menos dañina. Y hay que estar al día, ¿no? Aunque el efecto
estético de tanto cable por nuestras fachadas me parece tercermundista. Al
menos, me consuela saber que en caso de terremoto, como todas las casas están
amarradas unas a otras, o cae todo el pueblo a la vez o no habrá daños
estructurales.
Al principio… bien.
Al mes, en mi caso a ratos no cargaban los mensajes de WhatsApp. O sea, que una
vez metido, se acabó lo prometido. Cuatro veces ha venido el técnico a mi casa,
a revisar y poner a punto lo que nunca ha fallado. (No tengo más que palabras
de halago para los dos instaladores, unos currantes. Gracias) Escribo sus
propias palabras: esto está bien, el fallo está “allá”. La medición de
velocidad no llega a 100 mbs. Ojo, la promesa eran 800 mbs.
Un informático,
después de la gestión de otra profesional como la copa de un pino, se puso en
contacto conmigo. Me pidió monitorizar mi ordenador por control remoto, y por
supuesto accedí. Entonces comenzaron a aparecer fallos: mi cable estaba
“capado” a 100 mbs. Mi ordenador estaba peor, totalmente “petado”, y con una
tarjeta de red para cambiar, ya que no pasa de 100 mbs. ¿Cómo iba a tener
velocidades por encima de 100 mbs.?
Son razones que
convencen. Y el tío más ancho que un tren “atravesao”. Pero no me pudo explicar
cómo mi cable capado, mi ordenador petado y mi tarjeta de red para cambiar, en
Santibáñez de Vidriales,
con otras compañías, me da entre 500 y 700 de velocidad. Al igual que en San
Pedro de la Viña. O Fuente Encalada. El mismo ordenador y el mismo cable, con
la misma batería. Por cierto, el cable que uso es el que viene de serie con el
rúter, el que debería ir a máxima velocidad, adaptado al equipo que instalan
con la fibra. La explicación que encuentro a este enigma es que en Santibáñez
medí en el bar Latino, en San Pedro en el bar Síntesis, y en Fuente Encalada en
el bar municipal; y claro, ahí todos, incluido mi ordenador, vamos a otra
velocidad. Si es que el bar nos
cambia la vida.
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Bar Síntesis. San Pedro de la Viña. Movistar. |
![]() |
Bar Municipal. Fuente Encalada. Adamo. |
Este martes, cansado
y aburrido, llamé a atención al cliente y en vista que sigo con el problema,
les di un ultimátum: el viernes a la noche si seguía igual desconectaría sus
aparatos, porque la luz la pago yo, y publicaría este artículo de denuncia. Y
aquí estoy.
Que
la fibra es genial no hay duda, pero la gestión de la empresa que ha instalado
Ayoó es muy deficiente. No sólo en mi casa, en otras 3 sé que pasa lo mismo. Por
cierto, iba a decir que el nombre de la empresa es Fibritel, pero no lo digo,
no vaya a ser que encima les haga publicidad. Diré FRAUDITEL, y así quien
quiera entender que entienda.
P. D.- En Villageriz,
en casa de un amigo, mi ordenador “petao” con su tarjeta de red para cambiar y
el cable “capao” ha medido 888.79 mbs de bajada, por encima de lo contratado
(800 mbs), y la compañía es Frauditel, los mismos que me dicen que mi ordenador
jamás podrá medir más de 100 mbs. |