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Calzada de la Valdería. |
En la década de los
sesenta, el paraje conocido como La Chana de Castrocalbón comenzó su andadura
por la enigmática senda de la arqueología a raíz de un innovador y casi
milagroso método de detección de estructuras que no precisa de patear el
terreno; por tanto, totalmente ajeno a las condiciones climatológicas o de
accesibilidad. Allí, donde los lugareños recuerdan una maravillosa fontana de
bullicioso y fresco manantial en medio del árido campo cereal, hoy robado por
el monte de encinas y jaras, Ernest Loewinsohn Robles († 9 marzo 2013) desde un
lugar remoto localizó 3 campamentos romanos y lo que parece ser una torre de
vigilancia. Este ilustre ingeniero de caminos alemán, casado con una astorgana,
por pura afición dedicó gran parte de su tiempo a visualizar fotogramas de los
vuelos fotogramétricos que la Army Map Service realizó por todo el territorio
español. El objetivo de Ernest en la Valdería no era otro que definir el
trazado de la vía XVII de Antonino, con el premio de pasar con letras grandes a
la historia, y ser mencionado en gran parte de los trabajos sobre el tema.
El conjunto
arqueológico de La Chana ha llamado la atención de muchos estudiosos y
aficionados a la arqueología, concretamente por prospección aérea, siendo
ejemplo para otros lugares, como en el cercano valle de Vidriales en los
campamentos de Petavonium, donde las fotos aéreas también tienen mucho que
contar.
Son sin duda fotogramas
espectaculares, de gran valor histórico, etnográfico, arqueológico y de no sé
cuantos adjetivos que terminan en “ico”. Una pequeña droga visual que engancha
e invita al descubrimiento y a la meditación. Es muy de agradecer al Instituto
Geográfico Nacional la digitalización de los fotogramas y su visualizador por
internet, con la comodidad de copia, recorte, ampliación, medición y otras
muchas herramientas que se pueden manejar con el ordenador; algo que Ernest no
tuvo tan fácil, por lo que su descubrimiento tiene un extra de valor.
La Fototeca Digital
es una herramienta que también consume mis horas, y que la he exprimido para,
con acierto o sin él, situar lo que por estrategia o necesidad parecen 3 nuevos
campamentos romanos; en Ayoó, San Pedro de la Viña y Bercianos de Vidriales. Este
artículo servirá para proponer un cuarto campamento, en un lugar que si me
equivoco no debería estar muy lejos, porque tuvo que ser totalmente necesario.
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Paso original del río por la calzada.
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El cruce del
caprichoso río Éria por la mencionada calzada romana en el actual pueblo de
Calzada de la Valdería, como casi todo lo romano, no fue casual. Cuando los
recursos son limitados hay que agudizar hasta el último de los detalles. Y en
las inmediaciones de Calzada se observan 2 cauces antiguos del río, conocidos
como “el Pozo” y “el Caño”, amén del propio río Éria. Esto parece indicar que
hace dos milenios las aguas se repartían por al menos dos cauces, siendo más
fácil vadear o construir algún puente sobre el río en esta comarca de gran
valor estratégico y logístico, lo primero por lo peligroso y abundante pueblo
ástur, y lo segundo por el transporte del oro Valderiense y Berciano. El paso
del río no estuvo en el mismo sitio; dependiendo de las riadas se podría hacer
en unas zonas u otras. He señalado el tramo por “los pasaderos”, porque me
parece uno de los primeros, el de la calzada de la conquista.
Por tanto, muy cerca
de la calzada y del río, sin duda alguna, debió de levantarse un campamento
romano para controlar el paso y a la vez resguardarse en lugar seguro, como era
norma en el disciplinado ejército que sometió hasta el último rincón empleando
su avanzada táctica y pericia. Además, el tamaño del campamento debería ser
mediano, para albergar propios y allegados, y contar con canalizaciones que
inunden los fosos perimetrales para facilitar el consumo de agua y complicar el
posible asalto por contingentes hostiles. Con estas premisas, y la inestimable
ayuda de los fotogramas propongo:
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Plano general de Calzada de la Valdería. |
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Lado sur. Verano Vuelo americano 1967-68. |
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Esquina redondeada lado norte. Verano 1967-68.
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Señales en el terreno.
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Al sur del pueblo, a
una distancia prudencial de la espesura que bordea el río y cruzado por la
calzada romana como los de Petavonium, parece distinguirse una estructura
rectangular muy clara en el lado oeste y sur, pero con marcas débiles en el
norte y este, debido a los edificios y a las intensas labores agrícolas.
Siguiendo el ejemplo de Petavonium, un canal podría haber inundado el foso
norte tomando las aguas del “Caño” y otro el foso sur desde aguas de lluvia o
manantiales de debajo de la “Marcilla” (el Reguerón)
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Canales de abastecimiento |
He consultado todos
los vuelos disponibles y el que más señales aporta es el Interministerial del
1973-1986, el fotograma 13, sobre el que he hecho mediciones aproximadas con la
aplicación del visualizador. La forma es rectangular, con una largura
aproximada de 280 metros por 170 metros de anchura, lo que hacen cerca de 5
hectáreas. La orientación con los puntos cardinales es asombrosa, como se puede
comprobar por el paralelismo del campamento con las fotos, correctamente
orientadas según cartografía; lo mismo que dos de los campamentos de la Chana,
que también comparten dicha alineación Norte – Sur en los lados mayores. Como
detalle especial, el perímetro en algunos puntos aparece doble, ¿había doble
foso, o en su día sufrió una ampliación?
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Perímetro del campamento
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Este campamento pudo
ser del tipo “castra hiberna”, habitualmente destinados a vigilancia y
protección de fronteras, o como es el caso, el paso de un río. Sería construido
con materiales menos duraderos que los “castra stativa” cuyo ejemplo tenemos el
del Ala II Flavia en Petavonium. Sabemos que bajo las órdenes del Legado de
Lusitania Publio Carisio, azote de los ástures y comandante la X Gemina (Rosinos
de Vidriales) y la VI Victrix (¿Bercianos de Vidriales?), estuvo también el
mando de la Cohors IV Gallorum, unidad auxiliar reclutada en la Galia. La
pregunta es evidente: ¿pudo ser éste el campamento que luego daría nombre a
Castrocalbón por su estancia en la zona?
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Dobles señales, paralelas. |
Para finalizar,
quiero compartir un error de bulto a la hora de buscar viejas señales. Calzada
de la Valdería fue muchas veces mi objetivo con el visualizador de fotogramas en
primer lugar porque es mi pueblo natal, y a quién no le tira conocer como era
su pueblo en el pasado. Pero también por mi pasión por indagar en ese cruel
espacio de tiempo entre la llegada de los romanos y el sometimiento de los
pueblos indígenas, en el entorno de la arteria principal que desangró la
comarca, la Vía XVII de Antonino. Y el error está en buscar en lo más antiguo
porque debería haber más “señales”. Vemos que no, que en las 3 series de vuelos
americanos (del 1945 al 1968) este campamento pasa bastante desapercibido. No
ocurre lo mismo en el vuelo Interministerial del 1973 al 1986, donde por
razones de calidad, humedad, vegetación… o suerte, parece bastante evidente. No
me cabe duda que la zona ha sido repasada miles de veces, hasta por el mismo
Loewinsohn; quizás hasta hoy todos hayamos pecado con el mismo error.

Ojalá mi aporte sirva
para añadir un poco mas de luz a la historia. Porque todo lo que somos y vemos
es producto de la Historia, y no hay nada como una buena iluminación a la hora
de contarla. Así, cuando alguien pregunte por Calzada de la Valdería, podremos
comenzar por un lejano cuarto de siglo antes de nuestra era, cuando el ejército
romano cruzó el Éria y acampó en la vega Valderiense, y como era costumbre a su
alrededor se establecieron los primeros civiles en toscas cánnabas…
P.D.- Para agrandar las imágenes hacer click sobre ellas.