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miércoles, 22 de diciembre de 2010

San Bartolo


La fiesta grande en Ayoó, con misa de asistencia y procesión sacramental se celebra el 24 de agosto, festividad de San Bartolomé, San Bartolo, le decimos con cariño. Pero esto no siempre fue así. En una fecha incierta, en las ferias de la Virgen del Campo de Rosinos, gran cantidad de Ayoínos se habían acercado al santuario a disfrutar de la romería, cuando en Ayoó unos niños iniciaron un incendio que rápidamente se propagó por todo el pueblo. Las principales causas fueron las cubiertas de los tejados, construidas con una estructura de madera y revestidas con manojos de urces, hábilmente tejidas y compactadas para impermeabilizar aquellas humildes viviendas, la proximidad de las mismas, el almacenamiento de materiales inflamables, como paja o hierba para el ganado y leña o útiles de madera para la labranza, y posiblemente algo de viento, que convirtieron en poco tiempo el pueblo en una enorme hoguera difícil de apagar. En ayuda de los improvisados bomberos acudió la fe. Las puertas de la iglesia se abrieron de par en par, y las imágenes sagradas fueron sacadas a la calle entre oraciones encomendándole acabar aquel infierno, ante la desesperación e impotencia de unas gentes que ven perderse sus pocas posesiones entre el fuego. Cuentan, que ya solo quedaba San Bartolo por sacar, por estar en lo mas alto del retablo, el sitio mas inaccesible, pero que tras el complicado y delicado esfuerzo de asomarlo a la calle, se obró el milagro, y así lo entendieron aquellos exhaustos y rendidos Ayoínos cuando vieron el incendio remitir rápidamente siendo sofocado sin daños personales, quedando solo unas pocas casas ilesas. Como agradecimiento, se trasladó la fiesta sacramental a las fechas actuales, reconociendo la ayuda del santo en aquel fatídico día. A San Bartolomé, apóstol de Jesús, es común representarlo en el momento del martirio, siendo desollado vivo, o bien con un gran cuchillo en la mano, o despellejado, con su piel colgando del brazo como si fuera una prenda de vestir. Por eso es patrón de los que trabajan las pieles o usan cuero y de las modistas, por lo dicho anteriormente. Todavía queda una tercera representación, la más escasa, que es pisando un demonio. Su origen puede ser de los evangelios apócrifos, donde Jesús le dice a San Bartolo que le muestre al demonio y que le pise la cerviz. En el retablo de la iglesia de Ayoó, lo tenemos en ésta tercera representación, que por más rara puede ser mas valiosa, con el pié izquierdo pisando un pequeño, “colorao” y feo demonio. Y como anécdota final, también existe una historia, (apócrifa, por supuesto) que cuenta cómo con la piel de San Bartolo hicieron un odre y lo llenaron de vino, de ahí que también sea patrón de los borrachos. Sin comentarios.


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