eltijoaquin@hotmail.com - facebook.com/El Ti Joaquin

jueves, 31 de julio de 2014

El Pendón de Vidriales


Aun no pudiendo describir con claridad lo que siento al ver, o mejor, al participar en un desfile de pendones; si solamente tuviera licencia de una palabra para relatar ese hermanamiento de pueblos, esa sería sin dudar ORGULLO, bien entendido como “satisfacción personal que se experimenta por algo propio o relativo a uno mismo y que se considera valioso” (Diccionario WordReference.com). Poco importa si un día fueron estandartes de guerra, o distintivos de caballeros, si fueron perdidos y recuperados, regalados o comprados; los porteadores y sus acompañantes lucen orgullosos sus pendones entre músicas y bailes, con valentía y distinción, como si las majestuosas insignias ondeadas por el viento representaran mejor que nada todo el acervo de un pueblo, su mejor legado. Alegría y fiesta, compañerismo, tradición. Equilibrio físico y espiritual por mantener en vertical y hacia adelante una pesada y delicada carga: una vez que tu grueso cinturón de cuero se engancha a ella te atrae para siempre; de todo esto he sido cómplice y testigo este pasado domingo en la última concentración, en la V Fiesta de las Comarcas Bañezanas de La Bañeza.

Otro escenario, vidrialés por excelencia: el Santuario de la Virgen del Campo. Allí, desde tiempos inmemoriales, un pendón se enarbolaba destacando con elegancia en las procesiones de las romerías hasta 1987, año que por descuido la vara se partió y un tiempo más tarde el paño acabó deteriorándose en algún húmedo cajón. Del mismo modo, por dejadez, el templo fue cerrado al público y se hicieron cosas, para juicio de muchos, nada aceptables. Ha sido y es obligación de y para los vidrialeses recuperar el Santuario de su Patrona, restaurar el edificio y sus retablos, iluminarlo, sonorizarlo, y disfrutar de su veneración y fiesta. Y ha sido y está siendo realidad la recuperación y puesta en marcha de un nuevo pendón, copia del antiguo, para continuar con mayor fidelidad la tradición. Una vieja copla vidrialesa le cantaba, también con orgullo:

Vidriales de mis amores,
bandera de mi nación;
que hasta el cielo dibuja
tus dos colores el sol.

Son los dos colores del pendón, los que representan a la Virgen María: el azul celeste, ese precioso color del cielo que vemos en un día despejado en dirección norte (sin contaminación), y el indescriptible blanco puro y algodonoso de las nubes o el misterioso brillante de la luna. Con su vara de 9 metros, con cruz parroquial por tradición religiosa de encabezamiento de procesiones, y ramo de flores por su ancestral sentido céltico, saldrá por primera vez el 30 de agosto para saludar de nuevo a su tierra y sus gentes, al sol, al viento, al cielo, a las nubes y a la Patrona del valle, a la que se debe. Se verá acompañado, o al menos lo estamos proponiendo, por los pendones de las localidades cercanas en desfile desde San Pedro de la Viña. Ese será el resurgir de sus cenizas.

En La Bañeza, cosas de salir y moverse, tomé contacto con José Antonio Ordóñez, de la asociación Pendoneros de León, quien me contó una cosa extraordinaria: ha tenido acceso a dos documentos del año 1601 en los que se detallan características del pendón del Santuario de la Virgen del Campo, uno es un contrato con dos mayordomos de Rosinos, y el otro una tasación. El Santuario se terminó de construir hacia el año 1767, lo que significa que el pendón ya era reliquia de un anterior templo cristiano, quizás una ermita enclavada en el mismo lugar, donde dicen que anteriormente también hubo una mezquita y mucho antes un templo a alguna deidad romana. Y es que algo tiene el lugar de especial, para que tantas culturas fijaran la vista y dejaran aquí sus huellas, y haya sido elegido como centro de encuentro en antiguas romerías y para las nuevas celebraciones.

La fotografía del encabezamiento de éste artículo, con la torre del Santuario a la izquierda, es de los primeros vientos del pendón sin terminar de coser y sin los remates. Tal era nuestra ilusión por verlo ondear que no resistimos la tentación de contemplar el estandarte que vamos a exhibir y divulgar por la contorna, la enseña de unos antepasados a los que debemos honor y honra, es la marca propia vidrialesa, es… el Pendón de Vidriales.


























1 comentario:

  1. GRANDE , HERMANO !!!!! TENGO QUE FELICITAROS A TODOS LOS QUE HACEIS POSIBLE QUE LAS TRADICIONES NO SE OLVIDEN. SEGURO QUE ONDEARA MAJESTUOSO POR DONDE QUIERA QUE VAYA.
    AHORA A ENTRENAR Y A ENSEÑARSELO A TODO EL MUNDO . UN ABRAZO.

    ResponderEliminar