Supongo
que al visitante de Ayoó le resulte extraño Prepalacio. A mi así me lo pareció
cuando vine a este pueblo y encontré ese montón de parcelitas por entonces
regadas con el agua de la fuente de la Iglesia, a fuerza de “abrir y tapar” el
pilo. Parece que el nombre se remonta a los tiempos del monasterio de Ageo, de
una construcción aneja a la Iglesia con las funciones de residencia y nombre de
Palacio, y los quiñones se dividieron y repartieron del huerto que rodeaba el
edificio, pudiendo tener nombre de Prado, que también tiene como acepción
“lugar llano, verde y agradable que sirve de paseo”. Al unir ambas palabras
(prado-de-palacio, pra-palacio, prepalacio) dio origen a éste topónimo. En
verano es un hermoso jardín, en los diminutos quiñones se pueden recolectar
excelentes lechugas, escarolas, cebollas, patatas, tomates… y además, por la
cercanía al pueblo y entre sí, lugar de encuentro, comentario y regalo o
intercambio de las distintas semillas y plantas de semillero que allí se
cultivan. Con tanta armonía, no es extraño que la naturaleza se entretenga en
crear extraordinarias hortalizas que parecen más bien obra de artista que de la
inocente tierra vivificadora. Gracias a ésta abundancia, hace unos años, cuando
en casa no se consumía toda la producción del huerto, lo mejor se solía llevar
a vender a los pueblos cercanos, o a los mercados, para compartir, algunas
veces presumir, y de paso traer a casa unas pesetas. En una caballería, con un
par de talegas atadas con una soga a modo de improvisadas alforjas, cierto
agricultor de Ayoó se acercó al vecino pueblo de Uña de Quintana a ofrecer sus
pimientos, tomates, fréjoles… y se encontró con más clientes de los que
esperaba, pues allí también tenían sus huertos. Sorprendido, preguntó si había
sucedido algo, y una señora le contestó más o menos así, lamentándose del
resultado de su cosecha.
-¡Claro,
vosotros tenéis a San “Mamedico”, que es muy “buenín”!, nosotros tenemos al
“cundenao” San “Caetanote”, labios de burro, morros de avispa, que anduvimos
nueve días y nueve noches alumbrándolo con cera blanca y cera “mariella”, y nos
mandó un pedrisco que nos amoló la “faceira”.
Cundenao-
Condenado, que provoca enfado.
Caetanote-
Cayetano, Santo venerado en Uña de Quintana el 7 de agosto, al que se le ha
añadido el sufijo –ote, aumentativo y despectivo a la vez.
Nueve
días y nueve noches- Novena, rezo popular, rogativa.
Mariella
(o marilla)- Amarilla.
Faceira-
Extensión de terreno inmediata a la aldea, donde están las labrantías de los
vecinos.
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