A un tiro de piedra
de Vidriales, en la vecina La Bañeza, se desarrolla una de las fiestas
importantes en España, como acredita su declaración de Interés Turístico
Nacional, el Carnaval de La Bañeza. Famoso por su discurrir colorista y divertido, sin
rivalidades ni competencias por no haber premios para los participantes; famoso
por su bullicio y descontrol callejero y también por saltarse la prohibición
expresa de su celebración durante la dictadura franquista. El 3 de febrero del
37 se publicó un bando para “aconsejar un
retraimiento en la exteriorización de las alegrías internas… …éste gobierno
general, ha resuelto suspender en absoluto las fiestas de carnaval”. De
poco sirvió, los bañezanos siguieron saliendo a la calle, si no podían
disfrutar de esas fiestas tendrían otras, “las Fiestas de Invierno”, que serían
las mismas pero con distinto nombre; eso si, pendientes de los “civiles”, para
salir por piernas en caso de encontrárselos haciendo vigilancia. También es de
mención que casi siempre hicieron la vista gorda, y así se acuñó la expresión
tan bañezana de “correr el carnaval”. Este año comienza el 8 de Febrero, con el
Viernes Tranquilo, fiesta de las agrupaciones, en las que destaca el grupo “los
Tranquilos”; el día 9: sábado de chispas, pregón del carnaval, proclamación de
la musa del carnaval 2013 y exhibición de tocados; el domingo 10,
desfile-repetición de los disfraces del martes del año pasado; el lunes 11,
carnaval infantil y a partir de las 12 de la noche comienza la Noche Bruja; el
martes 12 es el gran desfile, con más de 60 grupos previstos y otros muchos que
van por libre; y el miércoles de ceniza se celebra el Entierro de la Sardina,
sonoro cortejo fúnebre rodeado de “lloronas” que termina en la Plaza Mayor,
donde “el Corvillo” recita coplas, unas populares, otras anónimas, críticas con
situaciones o personajes populares. Hoy domingo la tarde estuvo desapacible,
muy fría. Incluso nevó un poco. Pero nada pudo con el desfile, quizás lo
pasáramos peor los muchos espectadores que a pié firme aguantamos el paso de
los grupos y charangas. Los termómetros callejeros marcaban 1 grado, con
viento, por lo que la sensación térmica fue de inferior temperatura. Nada que
no se arreglara luego con un chocolate y los famosos churros bañezanos. ¿El
espectáculo?, genial, muy trabajado, os dejo algo de un todo que describe perfectamente una frase de
Delmira Agustini: "Frufrúes, tintines, sedas, cascabeles, collares de risas,
chillidos alegres. ¿Quién es? ¡Adelante!
Soy yo... ¡Carnaval!"
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