Será que soy
inconformista, como Einstein, que acertó diciendo “si haces siempre lo mismo no
esperes resultados diferentes”. El primer domingo de septiembre se celebra en
Donado la romería en honor a la Virgen Peregrina, la preciosa Virgen del
Rosario traída del Vietnam. El sábado anterior es menester hacer andando el
camino desde Congosta, como también es tradición, y este año hemos resuelto
hacerlo por la vía alternativa, la que se podría llamar “ruta verde”, por
aquello de no hacer siempre lo mismo. Lejos del asfalto, y de los motoristas
que han tomado la sinuosa ZA-125 como su particular pista de carreras y
ejercicios, lejos (con tristeza) de los encantadores pueblos de la Carballeda,
pero embebecidos entre urces, jaras, robles, pinos, helechos…, cielo azul y
aire puro, un buen bocadillo a mitad de camino, y ya cerca de Muelas de los
Caballeros y del mediodía, unos cuantos pobladores que nos salieron a recibir,
y no precisamente en son de paz. Si sin sacrificio no hay recompensa, ese fue
nuestro sacrificio. Eran “tínfanos”, (tábanos , tábanus bovinus), que aunque los machos se alimentan
mayoritariamente de néctar, las hembras buscan con ansia sangre caliente, nada
que no se solucione con algunos manotazos y el agitar al caminar de una ramita
de urz. Este hecho me trae a la memoria el viejo cuento del matrimonio
peregrino, que decidieron meter garbanzos en los zapatos como ofrenda de
sufrimiento. Tras horas caminando, el hombre mostraba ya evidentes signos de
cojera, y al ver que su esposa andaba tan a gusto, le preguntó si también
había cumplido la promesa de los garbanzos. –“Claro,-contestó- pero yo
los cocí primero”. El punto de reunión de peregrinos, se vaya por donde se
vaya, es el complejo Rokanegra, en Muelas de los Caballeros. Unas cervecitas,
buena charla, el comentar del camino, remedios caseros para dolores y ampollas,
proyectos para el año próximo… hasta la hora de comer, que cada cual hace a su
forma. Hay quien prefiere restaurante, quien vuelve al río y come y descansa al
lado del agua, nosotros sacamos nuestra potente empanada de la panadería de
Celso y Geno, compartimos, reponemos fuerzas, y tras una pequeña sobremesa… la
siesta de rigor. A las 6 de la tarde el último tramo, el que nos separa de
Donado. A las 7 misa de peregrinos, oficiada por el rector del Santuario, Don
Manuel Benavides, especialmente por los venidos de Congosta, Ayoó y valle de
Vidriales, como también reza su cartel de fiestas. Alrededor de 30 kilómetros
realizados con gusto por personas de todas las edades, cerca de 40 peregrinos
andando desde Congosta y otros muchos en coche, en una tradición renovada año
tras año. Con permiso, quiero hacer mención de dos señoras: Dorita, de 76 años
y Carmelina, de 79, asiduas caminantas, dueñas de pura vitalidad y de un gran
sentido del humor, que llegaron tan frescas como otras tantas veces a los pies
de la Virgen Peregrina, en este camino que engancha y se vuelve imprescindible.
Un día espiritual, social, sencillo, sin más trabas que lo que falta para
repetirlo. Es nuestro compromiso,
que ELLA nos guíe.
P.D.- Fotos aéreas copiadas del SIG-PAC. Para visualizarlas mejor hacer "clik" encima.
SOIS UNOS CRACS !!! QUE BIEN SE OS VE . NADA NADA CANSADOS . SE NOTA QUE LA EMPANADA HIZO SU EFECTO. UN ABRAZO.
ResponderEliminarApesar de no estar en mi mejor momento, fue un gran dia
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