Todos estamos de
acuerdo que la “tele” embota, y ya veis, paradójicamente la usamos para
contarlo. Así que aunque sea sólo por un momento, propongo desembotarnos a la
vieja usanza, de aquella forma que hace no tantos años tenía la gente de pasar
el tiempo: los acertijos. Cualquier reunión era buena para soltarlos y hacer
volar la imaginación. Frases en clave, códigos secretos… y un enigma, un
argumento escondido. Y sin botones, pantallas ni cables, solo usando la mayor y
más simple de las máquinas, el pensamiento.
Este pasado verano
disfruté con una casi centenaria pareja y su envidiable y portentosa memoria.
Acertijos, refranes, adivinanzas, trabalenguas… Lástima de apagón eléctrico
para reactivar esta natural forma de entretenimiento y creatividad.
Aquí os dejo un acertijo
de los muchos que me contaron; por cierto, confieso, no acerté ninguno.
Había una vez, en un
lejano país, un hombre que cayó preso de la justicia y fue encerrado en los
calabozos del castillo. Su hijo primogénito, sintiendo la falta del padre en las
necesidades del hogar, decidió pedir audiencia con el rey, para exponerle una
petición de indulto. Éste le escuchó, y como el delito en cuestión era leve, le
propuso al chico una prueba; de superarla, su padre quedaría en libertad. El
rey era muy aficionado a los pasatiempos. Sus súbditos le llevaban todo tipo de
adivinanzas para su distracción, que él solucionaba con sabia habilidad;
todavía ninguna se le había resistido, de lo que estaba muy orgulloso. Por
tanto le pidió al chico un acertijo que no pudiera descifrar, y cumpliría su
promesa; de lo contrario, duplicaría la condena a su padre.
Después de mucho
meditar, dada la gravedad del problema, al cabo de unos días montó su caballo,
se acercó al castillo con una copa en la mano, y pidió que avisaran al rey para
que escuchara el acertijo, que le dijo en voz alta y era así:
- Tenga, buen rey,
este vaso de vino,
que ave de pluma llevó
a su nido.
Vengo montado en
quien no ha nacido,
y traigo la mano
encima de su madre.
Si no lo acierta,
buen rey,
devuélvame a mi
padre.
El monarca soltó al
preso, incapaz de hallar la solución.
¿Y tú, querido
lector, ¿la sabes?
Las fotos son del
conocido “castillo” ayoíno, la torre medieval que caracteriza junto con la
iglesia la estampa de nuestro pueblo.
P.D. -Para los tímidos en contestar como comentario tenéis el correo electrónico: eltijoaquin@hotmail.com
P.D. -Para los tímidos en contestar como comentario tenéis el correo electrónico: eltijoaquin@hotmail.com
Mi querido amigo.yo lo se de contarlo mi padre, pero no te lo voy a estropear,te are llegar la respuesta por otro conducto. Manolo
ResponderEliminarJoaquin, lo se, lo se, yo también lo se y no por Manolo que conste, me lo contaba mi padre. Un abrazo Paulina
EliminarTi Joaquin yo también lo sé. Mi suegra sabía muchos de estos. Un Abrazo desde Asturias
ResponderEliminarQútero la repuesta plis
ResponderEliminarCsadhala@gmail.con
Se le agradecerá
yo lo se el muchacho salio en su yegua que estaba embarazada,mas adelante despues de mucho caminar,se sintio muy mal el animal y murio teniendo que el muchacho ayudar en cesarea para rescatar a la cria ycon la piel hizo correas alforjas y con el cuero de la mano hizo una especie de bota para llevar agua luego con mucho cuidado crio el hijo de la yeguay se hizo una hermosa bestia la cual el montaba con orgullo un dia cualquiera escucho unos graznidos miro hacia hacia arriba y vio un ave que llevaba unos racimos de uvas saco su arco y le dio al ave corrio y con las uvas las macero e hizo vino colocandolo en el recipiente que hizo del cuwro de la mano de la yegua entonces cuando dijo tomad este vino que el ave llevaba a su nido era el vino que el habia hecho de las uvas que el ave llevaba.y cuando dijo y en mi mano tengo la madre, se referia a el cuero que habia cortado de la mano de la yegua. y cuando dijo y vengo en lo que no a nacido era el caballo que el montaba y que habia rescatado del vientre de la yegua por cesarea. me lo conto mi padre cuando pequeño y me parecio increible
ResponderEliminarLA YEGUA ES LA RESPUESTA
ResponderEliminarQuiero la respuesta porfavor
ResponderEliminarEl padre
ResponderEliminarPor favor nesesito la respuesta
ResponderEliminarLa yegua
ResponderEliminarA mi me la enseñaron cuando estaba pequeña en Colombia de la siguiente manera: " Adiviname my buen rey en esta copa de buen vino, que ave de pluma llevo a su nido, vengo montado en lo que no ha nacido y traigo la madre en mis brazos".
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