Repito: siempre me he
negado, reniego y creo que tengo aborrecido para el futuro comenzar “la
Navidad” antes de su día, Nochebuena. No por llenar de lucecitas bailonas, papá
noeles trepadores versión cocacola, mensajes navideños, árboles de espumillones
y bolas brillantes, belenes apócrifos y demás reclamos consumistas que se
tercien, la Navidad comienza cuando se quiera; es como festejar el premio gordo
quince días antes del sorteo, es… es que demasiado incienso marea.
Pero también hay
raras y especiales ocasiones en las que sí, la Navidad se puede adelantar,
entre otras cosas porque quienes forman parte de ella, de su magia e ilusión,
no se pueden dividir para complacer, como sería su gusto, a todos en los
centrales días con su trabajo, con su buen hacer y mejor sentir. De un comienzo
adelantado ha sido Vidriales testigo en su céntrico Santuario de la Virgen del
Campo, templo abierto cada festividad navideña a las 5 de la tarde para cuantos
deseen asistir a las celebraciones religiosas de estos días, máxime si no las
han tenido por la mañana en sus respectivos pueblos, que nuestro paciente
párroco tampoco se puede dividir.
Las campanas
volteaban con energía llamando a fiesta. Eran las 4,30 del esperado sábado 20
de diciembre. Unas tímidas estufas trataban de calentar la amplia nave del
Santuario, preparando un acto con caldeo propio, al menos espiritual. A las 5,
Don Miguel, tras una pequeña introducción, llevó a cabo la tradición de
bendecir el belén artesanal que dará auténtico sentido navideño a estas fiestas,
para alegría e ilusión de los asistentes. A continuación Jose Antonio Uña
Seijas, licenciado en Filología Hispánica y natural de Carracedo, nos complació
con un detallado, documentado y sentido Pregón de Navidad.
A continuación la
Asociación de San Lucas del Espíritu Santo, patrono de Vidriales, organizó y
regaló para los asistentes un concierto de villancicos; la Coral Benaventana
nos dejó literalmente boquiabiertos con su actuación. Un lujo, y no tengo más
palabras.
Dos dulces, uno en
pasta y otro en licor, se pudieron disfrutar como colofón de los actos, para
aprovechar y saludarse entre los organizadores, actores y público y desearse,
como no puede ser de otra forma, una feliz Navidad. Lo mismo que quien
suscribe, mis mejores deseos para quienes lejos o cerca, conocidos o no, siguen
este humilde blog, de todo corazón.
Jose Antonio cerró su
pregón con la pequeña historia de su viaje a Tierra Santa, a la gruta donde
según se dice nació Jesús. Le llamó la atención lo angosto de una puerta que
accede a un lugar tan grande, en todos los sentidos, y recordando sus estudios
finalizó con estas palabras, sin duda para meditar:
“Hoy necesitamos
hacernos más que nunca como niños, contagiados de la alegría, transparencia e
ilusión por vivir. Por eso Unamuno, ante la puerta de la Natividad de Belén,
construyó este poema”:
Agranda la puerta...
Agranda la puerta, Padre,
porque no puedo pasar.
La hiciste para los niños,
yo he crecido, a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta,
achícame, por piedad;
vuélveme a la edad aquella
en que vivir es soñar.
Agranda la puerta, Padre,
porque no puedo pasar.
La hiciste para los niños,
yo he crecido, a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta,
achícame, por piedad;
vuélveme a la edad aquella
en que vivir es soñar.
Yo también termino
con un secreto: mi mayor satisfacción, el premio que más me ilusiona por
construir o participar en el montaje de un Belén es ver un público sonriente,
enternecido, vuelto niño por unos instantes. Si esto ocurre, mi trabajo está
sobradamente abonado.
Feliz Navidad.
Sólo puedo decir IMPRESIONANTE, Ti Joaquín.
ResponderEliminarFeliz Navidad para todos los Vidrialeses de corazón
Enhorabuena a todos los vidrialeses por mantener en auge la casa de la "Madre" del Campo. Y en especial a don Miguel, que con su esfuerzo, trabajo e ilusión va incentivando los corazones para lograr que el santuario sea un auténtico centro de cultura y espiritualidad.
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