Esta mañana una parte
importante de la humanidad, el mundo civilizado, observó directa o
indirectamente el cielo. Decían que por no se cual casualidad el camino de la
luna se interpondría al del sol, robándole su luz; algo que llamaron eclipse.
Decían que era importante, un momento único. Cuantas máquinas con sus ojos
artificiales buscarían el evento, inmortalizando el día y la hora, atrapando el instante. Y cuantas gentes de saber asistirían preocupadas a este baile de gigantes. Que
suerte la suya por conseguir su objetivo; yo, por más que miré y miré, no
atisbé a ver más que una enorme sonrisa celestial, de las de oreja a oreja. Una
sonrisa que me ha enriquecido sin que notara pérdida alguna de valor de donde
fue ofrecida, al contrario, hoy he sentido revalorizarse el firmamento. Ahora
no me apetece escribir, solo seleccionar las fotos y meditar aquellos mágicos momentos.
Si tan mal nos portamos aquí abajo… ¿por qué desde ahí arriba nos responden con
ternura y desinterés? ¿Será porque una madre siempre perdona a sus hijos con una
sonrisa…?
Fotos a través de un filtro de soldadura. Las de abajo aprovechando además su efecto espejo.
Estupendo el texto del eclipse, Preciso y con prosa poética. ¡Vengan más temas!
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