Dos semanas. Solo han
hecho falta dos semanas para recrear la defensa astur ante el inminente paso de
recreadores romanos. Coser trajes de lino y lana, “cornamentar” cascos, forjar
espadas de antenas y falcatas, redondear escudos, afilar lanzas, pinchos o tornaderas,
todo esto en secreto, y además sin dejar los quehaceres; porque la sorpresa es
táctica militar, y sólo hemos jugado a una invasión histórica y milenaria.
El escenario ya tiene
nombre romano, la via XVII de Antonino, la que conectaba Brácara Augusta
(Braga) con la capital astur, Astúrica Augusta (Astorga). Una calzada que dio
nombre a uno de los pueblos más pequeños de la provincia de León, Calzada de la
Valdería, muy afectados por la avanzada edad de de sus habitantes, por la falta
de natalidad, por la emigración, y por el resto de cáncer social que encamina a
los pueblos al abandono.
Pero en Calzada la
vida rebosa y contamina a las vecindades, para muestra sus pendonadas, premio
Pendoneros de León 2015 por la excelente organización, y por reunir a más de 600
personas. Y como segunda muestra, de otras muchas que recuerdo, el éxito de
ésta iniciativa y puesta en escena, natural y a la vez divertida; la que parece
haber sentado las bases para una fiesta anual de convivencia, con la historia
de telón de fondo. Un panorama con inagotables recursos.
Vidriales aportó sus
guerreros y guerreras Superatti, y la Valdería los propios y propias Luggones
para formar la tribu de los Abisinios, una palabra antiguamente tenida en
Calzada por ofensa y mostrada ahora con orgullo; dicen que no insulta el que
quiere, sólo lo hace el que puede.
También dicen que
hace más el que quiere que el que puede, y son los Abisinios y su pequeño
pueblo quienes merecen ser reconocidos pese a que nunca buscan reconocimiento;
doble mérito. Lo que se hace es por disfrutar el hoy, no por presumir mañana.
Dos semanas, y éramos varias decenas, perfectamente ataviados. Los romanos serían 25; si viene
una legión seremos centenares. ¿Alguien para recoger el guante?
Yo te recojo el guante, pero sin falcatas y con eso ya sabes quien soy, jeje.
ResponderEliminar¡Qué bien nos lo pasamos ese día!
Vamos a hacer una reunión, para, el año que viene, ir bien. Bien ataviados, bien armados y escudados, con calzado adecuado y esta vez no hay excusa que tenemos un año por delante para trabajar y en la mente algo grande.
Pero el que me aparezca con una falcata, es el primero en probar a ver si funciona.