No es porque sea otro
más,
es que ya son muchos
menos;
y lo que queda por
llegar…
qué tristeza, y
desconsuelo.
Las campanas llamando
van,
encordan, hay otro
muerto;
horror me produce el
pensar
que el pueblo muere por dentro.
Otra casa se va a
cerrar,
¿cuantas son ya?, ni
me acuerdo;
el cementerio a
rebosar,
y las calles... un
desierto.
Y los niños… ¿dónde
están?,
¿qué fue de los
nacimientos?;
restar, dicen, y no
sumar,
hacen lo grande
pequeño.
Es así nuestra
realidad,
y esto no tiene
remedio;
solo queda honrar y
enterrar,
y dejar correr el tiempo.
-----ETJ-----
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