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sábado, 15 de septiembre de 2018

La romería pendonera de la Alcobilla.











En las últimas semanas de éste verano se concentran varias romerías marianas en el norte de Zamora, todas relativamente cerca de Vidriales. Comienzo la cuenta con éste valle, y la fiesta en su mismo corazón, en el Santuario de Nuestra Señora la Virgen del Campo, el último sábado de agosto, día 25. Al día siguiente, 26, en Abraveses de Tera se veneró en su advocación de las Encinas. En septiembre, Donado hizo lo mismo con su Peregrina, como el 7 y 8 Vecilla de Transmonte con su Virgen de la Vega, o “de las bollas”, por lo del reparto de pan bendecido. El mismo día 8, festividad de la Natividad de la Virgen, en Olleros de Tera se honró también la advocación de la Agabanzal, y en Sanabria (un poco más lejos) la de la Alcobilla, en la que luego nos centraremos. Ya con olor a otoño, el 16 de septiembre la Virgen de la Carballeda, en Rionegro del Puente, y la Virgen del Carmen, en Navianos de Valverde reunirá multitud de fieles y paganos en sus respectivas iglesias y mercadillos, citas ineludibles desde tiempos inmemoriales.

De éstas romerías sólo algunas procesionan sus Pendones: La del Campo, la de la Peregrina, y la de la Alcobilla. Y allá donde se exhibe un Pendón es menester ir a hacer unas fotos, echar una parlada, y si nos lo dejan llevar, disfrutar un ratillo y sentir otras varas, otros tiempos y otras historias. Sábado, pues, y expedición a la vista: Jose Antonio Ordoñez, creador de Pendoneros de León, investigador y entusiasta seguidor de Pendones, otros dos compañeros del Pendón de Castrocalbón (Jose y Luis), y el que suscribe quedamos para acercarnos a Sanabria, a la romería de la Alcobilla, pues por esa pequeña lejanía comentada, sólo nos era conocida por vídeos y fotos.
Dimos un pequeño y agradable madrugón para llegar a tiempo de conocer gente, visitar el santuario de la Alcobilla y el pueblo de Rábano. Para Jose Antonio casi 110 km., para los demás entre 80 y 90 aproximadamente por el camino fácil, aunque un pelín más largo; total, hora y media de viaje.

No voy a gastar palabras ni tiempo en situar a Rábano de Sanabria, Barrio de Rábano, Coso,  San Justo y el Santuario de la Alcobilla en el mapa de carreteras para llegar con facilidad, pues todos los caminos llevan a Roma. Sólo situaré esta zona en un mapa de hermoso color verde monte, límpido azul cielo, y gente agradable con el visitante; y doy fe. Fue llegar, saludar, departir… y compartir: una maravilla. Nos sentimos otros más, el preludio de una romería de las de verdad.

Íbamos a ver y llevar Pendones, y lo hicimos, al principio de la marcha desde Rábano, para no quitar protagonismo ni alterar las costumbres. Lo primero que nos chocó fue un paño de seda muy bien conservado; y una vara casi cilíndrica, muy diferente a las conocidas, que son más gruesas en la base. Luego echamos en falta el gancho para sujetarla a nuestros cintos; allí llevan los Pendones al brazo. Y por último, no se usa el remo, que allí llaman “cordón”; simplemente le hacen un lazo y va como adorno. Pero éstas no eran todas las sorpresas, era sólo el empezar.

Nos sorprendieron gratamente las primeras “venias”, aunque son comunes, sólo las habíamos visto hacer, y hacemos, inclinando ligeramente el Pendón ante o al paso de las imágenes sagradas. Aquí se bajan hasta el suelo, tendiendo los paños como una barrera infranqueable que abre y cierra varias veces, tantas como partes importantes a pasar: cruces parroquiales, estandartes, imágenes, etc.

De la misma forma, sorprende la llegada al recinto del Santuario; sus propios Pendones se rinden cruzándose con los visitantes para “autorizar” la entrada. Respetuosa jerarquía, sentido y sencillo protocolo ejecutado con naturalidad.

Primera y típica vuelta, todos juntos y por la derecha, en torno al Santuario. Entonces una nueva “barrera” con los Pendones, un pasillo a sus puertas prevé nuevas “venias”, múltiples, tantas como nuevos grupos a pasar. Sin embargo no se hace largo el acto, al contrario, la vistosidad embelesa al público presente. Y el “cordón” suelto, desaprovechado; simplemente dos pendoneros, uno por cada lado de la vara, abrazados por detrás y con fuertes movimientos, retienen y autorizan a la vez en un ejercicio lucido y elegante. Al terminar, unos ganchos en la torre amarran las varas; es hora del descanso, o de participar en la ceremonia religiosa.

Y por último, sorprende una nueva procesión, con misma vuelta, iguales “venias”, y por tanto doble espectáculo ceremonial. Romería totalmente recomendable, con una configuración diferente; simplemente observando a sus vecinos de Cabrera Alta, por no ir más lejos, se puede comprobar que en al Alcobilla dan un toque personal, especial, y único.

Finalizada la función con tan buen sabor de boca, dar una vuelta por los chiringuitos, y quedarse a comer bajo los castaños… no tiene precio.



















P.D.- He leído por ahí, además en varios sitios “oficiales” debido al patético corta y pega, y cito textualmente “altivos pendones cargados de historia se humillan haciendo las venias…”. Por favor, solamente siendo desconocedor de lo que significa un Pendón, y del significado de la palabra “humillación” se puede hacer afirmación semejante. En primer lugar, aunque dando por buena la palabra “venia”, la correcta sería “reverencia”:
Reverencia (según la RAE)
Del lat. reverentia.
1. f. Respeto o veneración que tiene alguien a otra persona.
2. f. Inclinación del cuerpo en señal de respeto o veneración.
Y esto mismo es, respeto y veneración, ante imágenes sagradas u otros semejantes, de todo un pueblo, representado en el Pendón. ¿Dónde queda la humillación?¿Dónde está la sumisión, el acatamiento, dónde se abate el orgullo y la altivez, o se hiere la dignidad, como viene a significar la humillación?

Las palabras, de no ser fieles a la verdad, mejor dejarlas quietas en el tintero.

De la página de Pendoneros de León:

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