Este
pasado domingo comenzó en el Santuario de la Virgen del Campo, con la primera
comunión de 11 niños, un nuevo ciclo de actividad religiosa con importantes
mejoras en el edificio, como recordó nuestro párroco D. Miguel, y resumo para
darle el mérito a quien lo tiene, porque lo merece. En primer lugar, el
obispado de Astorga aportó una subvención de 50.000 euros, para el nuevo tejado
del presbiterio, el de la torre y el rejuntado de la misma. Con los recursos
propios y las aportaciones de los socios se pagó la restauración y colocación
de las puertas principales, traídas desde Astorga por mediación del ecónomo
diocesano, antiguo párroco de varios pueblos del valle, y presidente de la
asociación, D, Víctor Murias. La restauración del retablo izquierdo, en lamentable
estado, es una donación de D. José Luis Casanova, autor de los trabajos en el
retablo mayor, que está haciendo una gran labor de reconstrucción de lo que
dábamos por perdido. Y debemos las nuevas campanas a D. Álvaro Huerga,
religioso, antiguo alumno de la desaparecida preceptoría en su día anexa a
nuestro Santuario, exprofesor en una universidad católica en Roma, y
actualmente profesor en otra, en Puerto Rico. Este año, unas obras por un valor
efectivo aproximado de 90.000 euros. A todo esto sumarle pequeñas, o grandes
cosas, como la limpieza, los adornos florales, los coros, las aportaciones
desinteresadas, la organización, etc., para alcanzar un valor real y
sentimental incalculable, para que aquel cruce de caminos vuelva a ser lo que
un día fue, centro de Vidriales, edificio histórico, nuestro patrimonio
cultural. Terminaba el vídeo del artículo anterior con un pequeño “gracias a
quien corresponda”, permitidme otro GRACIAS A QUIEN CORRESPONDA, y otro vídeo,
el del primer solemne toque de campanas, anuncio de la pasada misa del domingo,
y preludio de una nueva etapa en nuestro querido punto de encuentro.
Me encantan las campanas cuando son nuevas, brillantes, doradas.., y tiene que ser un lujo subirse a ese campanario, porque entre volteo y volteo se intuye una hermosa vista. MARIAN
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