Una
noticia necrológica que no sabría decir si es buena o mala; por ser un
fallecimiento, sin duda es mala, triste y dolorosa; pero por acontecer a casi
los 112 años de vida repleta de salud, trabajo y familia, me guardo el
calificativo por respeto en los siempre duros momentos previos y posteriores a
un entierro. Pinilla de la Valdería ha perdido a quizás su vecino más conocido
en la historia del pueblo: el señor Francisco Fernández Fernández, conocido
como el señor Quico, o Quico “el galochero”. Gracias a él, en estos tiempos
difíciles, hemos estado contentos y orgullosos a la cabeza de Europa en lo más
grande y hermoso, primordial en el ser humano: la vida. En un símil deportivo,
ha sido el delantero que tuvo en jaque a un equipo que juega con trampa y ventaja;
nuestro Fernando Alonso, indiscutible ganador de una carrera complicada y que
no permite correcciones, la longevidad. El señor Quico vivió al completo el
siglo XX, el que a mi me parece un siglo de locos. Extraordinarios adelantos en
medicina, ciencia y tecnología, en relaciones humanas… alternados con las más
cruentas miserias, guerras, hambre, odio, desigualdad…. Pudo discernir entre
gentes de bien, y malvados hipócritas, comportamientos opuestos que facilitaron
la vida o la destruyeron por millones usando la misma misteriosa energía del
átomo. El señor Quico casi asistió a los primeros pasos que dieron las
máquinas, y a sus primeros aleteos, y de allí hasta la luna o a los confines
del sistema solar. Vivió el momento en el que delegamos nuestro mayor tesoro,
la inteligencia, en otras máquinas, por desgracia, para nuestro propio control.
Y también pudo conocer con qué facilidad se guarda y se reproduce
indefinidamente la imagen o el sonido, o se envía en la distancia, como yo
acabo de hacer para comunicar su hazaña al mundo entero. Ojala la larga vida
que él encontró normal nunca los adelantos la produzcan artificialmente, porque
sería retirar el listón mortal que, independientemente de la condición social,
absolutamente a todos nos iguala. En la Valdería hemos estado contentos y
orgullosos del señor Quico: respiramos de su mismo aire, bebemos de la misma
agua y caminamos sobre la misma tierra; en cierto modo somos su gran familia,
que como tal llora la pérdida de su patriarca.
Señor Quico, allá donde se haya
ido… ¡campeón!
P.D.- Aporte fotográfico internet
Enlaces de interés:
http://elhumordecisimo.blogspot.com.es/2012/03/el-abuelo-de-europa.html
http://aprestamo.blogspot.com.es/2012/09/fallece-el-abuelo-de-europa.html
Hemos sido el número uno en Europa gracias al Sr. Quico. Gracias a él, La Valdería, es hoy mucho más conocida en España y Europa. D.E.P.
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