Llevo
varios años haciendo desde Congosta el camino a la Peregrina. He de confesar
que la primera vez, desconociendo lo que sería y significaba, fue un poco por
cabezonería, la propia que llevo en las venas como buen “cazurro” que soy, o
sea, un obstinado leonés. Salvo graves excepciones, como ocurrió el año pasado
por enfermedad familiar, desde entonces repito y repetiré esta agradable
experiencia de colgar un día el trajín cotidiano y caminar como lo hicieron
nuestros antepasados hacia un lugar santo, sagrado, un lugar de culto donde
poder remendar los jirones del espíritu. Desde “el balcón de Vidriales”, aproximadamente
30 Km .
de bellos parajes de la carballeda alientan y acompañan al caminante por una
tortuosa carretera hasta el pequeño pueblo de Donado, donde se celebra una
importante romería el primer domingo de septiembre, acompañada de multitud de
“sacacuartos”, a saber: mercadillo, bares, churrerías, juegos para niños o no
tan niños, y lugares donde degustar buen pulpo como ya es tradicional. Cuentan
las crónicas que algún año hasta 6000 personas han llegado a inundar los
alrededores del majestuoso santuario, y que la víspera, cientos de peregrinos
acudían desde lejanos sitios en viaje de varios días, andando, a caballo, o con
los pies descalzos, para hacer noche dentro del Santuario, y el domingo, tras
cumplir con los deberes religiosos y asistir a la misa principal, regresar por
el mismo camino a sus lugares de origen. Esta ruta, la del sábado desde
Congosta, se sigue manteniendo y así lo hizo notar, en la misa de los
peregrinos, el rector del Santuario D. Manuel Benavides, aunque no todos son de
Congosta, también somos de Ayoó, de San Pedro de la Viña, de Santibáñez, de San
Pedro de Ceque, etc. En el año 2010, D. Manuel publicó LA PERLA DEL TONKÍN, un
estudio histórico sobre la Virgen Peregrina y su Santuario de Donado, editado
en Gráficas La Comercial de Astorga. En la homilía nos quiso agraciar con un
breve resumen del documentado libro, sobre el origen del Santuario y el largo
viaje de la preciosa imagen de la Virgen del Rosario, que preside el retablo
mayor, y es objeto de veneración. Realmente me impresionó esta historia, me
parece digna de conocer, por lo que, aparte de aconsejar la lectura del libro, yo también la intentaré resumir. Comienza el 28 de diciembre de 1734, cuando
nace en Donado D. Manuel de Obelar Bernardo. En 1763 es destinado como dominico
a las misiones del Tonkín Oriental, hoy Vietnam. Es consagrado Obispo en 1779 y
en 1789 muere a la pronta edad de 54 años. En su lecho de muerte, su último
pensamiento fue pera el lejano pueblo que lo vio nacer, Donado, sus familiares
y amigos, y mandó hacerles llegar una imagen de la Virgen del Rosario de la que
nunca se separó en sus múltiples viajes, de tal forma que la llamaba “mi
querida Peregrina”. Mide 70
centímetros de altura, del blanco marfil son sus manos y
rostro, y vino en una adornada caja, escoltada por los misioneros Dominicos que
escucharon la última voluntad de D. Manuel de Obelar. Junto con la Virgen envió también dos
estatuillas de 10
centímetros de altura, S. Pedro y S. Pablo, y un
mensaje: “Ahí va esa Paloma, hacedla un Palomar donde dignamente pueda anidar”.
El viaje de Vietnam a Donado duró 10 años y 3 días, y la imagen fue colocada
provisionalmente en el retablo mayor de la Iglesia Parroquial. El 25 de junio
de 1817 se pone la primera piedra del nuevo Santuario, unas obras que
finalizarían en 1888, al cabo de 71 años. El resto de vicisitudes se pueden
encontrar en el libro de D. Manuel Benavides, de lectura fácil y entretenida. Nombres,
fechas, documentos, medidas, coste en reales, exvotos… y el tesón de grandes
personas con y sin nombre que han podido llevar a cabo este hermoso proyecto.
De “la Pelegrina”, como también se dice, este septiembre he traído varias
cosas: esta historia, una poesía, un montón de fotos y un agradable recuerdo
espiritual para el que, lo siento, no he encontrado palabras; un recuerdo que cada cual habremos interpretado a nuestro modo. Yo solo sé que ya queda menos
para el próximo septiembre.
A DONADO PEREGRINO
El sol despunta en Congosta,
amanece, y hace frío;
agosto se va, y septiembre
despereza con rocío.
La mochila y una vara,
sin más, partimos con brío,
charla larga, paso corto,
grata compaña de amigos.
En el raso de la chana
la laguna seca vimos;
cuando el agua la abandona
todo el monte está en peligro.
todo el monte está en peligro.
Detrás del pozo artesiano
Cubo aparece vacío:
quien aserana aún dormita,
quien madruga ya se ha ido.
Cruzamos la carretera
de Nogarejas al Río,
Negro, como se le llama,
y del Puente su apellido.
Largo trecho nos separa
entre encinas y tomillos,
del pueblo de Villalverde;
saludamos sus vecinos.
Una fuente medio seca
es el próximo objetivo,
al lado otra carretera
viene de Castrocontrigo,
y nos acercará entre ondas
a Donado, que es el sitio,
donde a la blanca paloma
el palomar le han construido.
En buen recodo encontramos
a Quintanilla escondido;
a la entrada nos esperan
sus viejos pétreos molinos,
y en la plaza banco y fuente…
es hora del bocadillo.
Con el cuerpo remediado
de Quintanilla partimos,
próximo pueblo, Justel,
hermano de su vecino,
la carretera lo ignora
y continuar es preciso,
que el sol no concede tregua…
adiós y al paso, decimos.
A orillas de la cuneta
bajan a vernos los pinos,
nos acompañan a un valle
donde vemos edificios:
Muelas de los Caballeros;
antes, su río sentimos.
Llegamos al mediodía
al arroyo cristalino;
hay quien descalza y descansa,
si de los pies quiere alivio,
y quien quiere continuar,
nosotros así lo hicimos.
En la terraza de un bar
pedimos aperitivo,
el paseo detenemos,
deshacemos los hatillos,
compartimos cual hermanos
refrigerio merecido,
y luego partida o siesta,
cada cual como ha querido.
Dan las seis, y retomamos,
con más romeros venidos,
el camino a Donado,
es lo que hemos prometido.
A otra vuelta un campanario
nos avisa del destino,
al santuario hemos llegado,
un templo catedralicio.
A las siete nuestra misa,
el don es agradecido;
aquí estoy una vez más,
ya no sé qué me ha traído,
solo sé que volveré
mientras pueda, a repetirlo.
En el trono nos aguarda
la Virgen Madre de Cristo,
a Ella pedimos amparo
para nos y conocidos,
salud, trabajo, esas cosas
para no vernos perdidos,
salud, trabajo, esas cosas
para no vernos perdidos,
y ojalá el año que viene
venga alguien más que los mismos.
venga alguien más que los mismos.
Volver a casa contentos,
satisfechos, doloridos:
nuestro tributo por ser,
este día… peregrinos.
---ETJ---
P.D.-Para visualizar mejor las imágenes, hacer clik encima
P.D.-Para visualizar mejor las imágenes, hacer clik encima
Muy bueno hermano.
ResponderEliminarMe gusta y espero hacerlo algún dia. Estas hecho un artista
ResponderEliminarChulo, chulo, espero que vuelvas el año que viene y nos lo cuentes, yo no tendría fuerzas para tanto camino. Un abrazo Paulina
ResponderEliminarAmigo Joaqui, que Carracedo tambien esta en el mapa aunque en pequeño
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