Seguramente que todos
nosotros, aunque solo haya sido por una vez, hemos sentido la necesidad o el
deseo que alguien nos tendiera la mano y nos ayudara para solucionar un
difícil, incierto, o aparente imposible tema, o simplemente nos desentrañara una
duda, acertijo o misterio. Sinceramente, admiro a la gente como Saúl, una de
esas personas de mano amable, implicada con la cultura, y siempre dispuesta a
mostrarnos un camino maravilloso repleto de enigmas e incógnitas. Saúl Cenador García
nació en Castrocalbón, hace 32 años, y es titulado en Ingeniería Industrial por
la Universidad de León. En el Proyecto Fin de Carrera conoce el gusanillo de la
arqueología, de la investigación, con nota sobresaliente: Matrícula de Honor.
“De aquellos polvos vienen estos lodos”, por supuesto que bien entendido este
refrán, si definimos lodos como tierra seca enriquecida con agua, para crear caldo
de cultivo de nuevas iniciativas, nuevos trabajos, como el libro que nos
presenta y regala: El Secreto del Palacio, aunque por el contenido tendríamos
que decir “El Libro de los Secretos”, y tras su lectura comprenderéis el por
qué. Digo bien “regala”, y se bien lo que digo, permitidme esta incorrección;
porque este libro se encuadra perfectamente en el contexto de una de nuestras
frases hechas más corrientes: “Esto no es pago en dinero”. Por experiencia
propia, sé que una investigación para rellenar una simple página, puede llevar
horas, días, sueño, dolores de cabeza, alguna mala contestación… qué sé yo.
Para investigar y rellenar más de 400 páginas, hace falta algo especial que
está al alcance de muy pocos; algo que funciona como el movimiento, que se
demuestra andando. Saúl, por medio de este libro, nos ayuda a atravesar un
lugar oscuro, extraño, misterioso; un lugar mal entendido llamado ignorancia,
en el que nos acomodamos, cerramos la puerta, bajamos la persiana y esperamos a
que se nos pase la vida. Este sábado, tan ilustres e ilustradas personas como
Saúl; el profesor e historiador local Argimiro Turrado, autor de otro trabajo
de lectura imprescindible: “La Valdería en la Historia”; Gaspar Fernández,
profesor de Ingenierías Industrial, Informática y Aeronáutica en la Universidad
de León; y Aurelio García, profesor jubilado de Turismo de la universidad de
Tucumán, Argentina, llamaron a esa puerta, sacudieron nuestra silla y abrieron
las persianas que son ojos y oídos para llenar ese espacio con la magia de la
cultura, del saber. Nos estimularon con la historia de nuestros aparentemente
humildes pueblos, cuna de diversos antepasados, que valoraron la riqueza del
lugar y dejaron, delicadas, sus huellas; por ende nos corresponde, como
actuales pobladores, conocerlas para valorar cada palo, piedra, agujero o
sendero, y también sus gestos y costumbres que siguen presentes en nuestra
forma de expresión, de comportamiento… en definitiva, de vivir. El acto se ha
visto entristecido por la ausencia de Ernest Loewinsohn Robles, ingeniero de
caminos e investigador de las vías históricas, colaborador y amigo personal de
Saúl. Loewinsohn fallecía el 9 de marzo de este año y era enterrado en Astorga.
El historiador, reconocido internacionalmente, conocía palmo a palmo nuestra
calzada, la que unía Astorga y Braga cruzando la Valdería y Vidriales. En su
nombre acudió su esposa, Elena Moreno, y un amigo, José Luís Estévez. La tarde
de este sábado ha sido muy activa: pendones desde El Palacio, presentación del
libro en el local anexo al Museo, inauguración de sus vitrinas, un vino para compartir, un
poco de magia a cargo de “Fantasía y Comodín”, y una muestra de folklore
castellano gracias al Grupo de Jotas de Castrocalbón. Tengo que confesar que todo
muy bien, muy bonito; aunque solo tenía ganas de llegar a casa con el regalo de
Saúl bajo el brazo, terminar y publicar el presente artículo, respirar hondo y hojear
lo que, hasta finalizar, será mi libro de cabecera, y una razón más para
presumir de amigos, de comarca y de historia. Porque con orgullo me siento
vidrialés y valderiense, porque disfruto oyendo y contando historias, porque
anhelo descubrir y conocer cosas nuevas… ¡gracias, Saúl!, porque me has hecho
un poco más sabio y mucho, mucho más feliz.
Hoy nos han enseñado algo más de nuestra historia.
ResponderEliminarUna tarde intensa con gente interesante y momentos emocionantes.
La presentación ha sido todo un éxito. Me alegro por Saul, porque es un tío que se lo merece.
Muy buen relato del día, sólo una puntualización, el folklore del grupo de jotas de Castrocalbón es leonés no castellano.Por lo demás, es cierto que fue un día lleno de interesantes actos culturales. Ojalá los hubiera con más asiduidad. Un saludo.
ResponderEliminarGracias por tu puntualización, y permíteme algo muy normal en mí: disentir. Nací en León, me siento leonés, y aprecio enormemente la cultura tradicional de mi provincia, sentimiento extensible a la comunidad autónoma, al país entero y al mundo mundial; pero creo que lo que presenciamos no es del todo exactamente leonés, por tanto me parece más correcto decir castellano, catalogado como folklore, que no es menospreciar lo leonés. Por ejemplo, y “sin meternos en bailes” (nunca mejor dicho), las dulzainas se conocen como dulzainas castellanas por llevar llaves, y no digamos la caja, que es universal. Te recomiendo por ejemplo la lectura de estos enlaces de la Wikipedia:
Eliminarhttp://es.wikipedia.org/wiki/Dulzaina
http://es.wikipedia.org/wiki/Folclore_de_Castilla#Folk_Castellano
Y si, ¡¡¡viva León!!!
Yo quiero uno. ¿Dónde se consigue? Paulina
ResponderEliminarSi quieres te pido uno, y dedicado; no sé, me parece que conozco al escritor...
EliminarEl Libro de puede conseguir en el Museo de Castrocalbón los sábados de seis a ocho de la tarde. Tambien puedes ponerte en contacto con el autor a través del correo elsecretodelpalacio@gmail.com
ResponderEliminarSin duda un gran dia,gracias al gran trabajo realizado por Saul;espero que tenga mucha suerte con el libro
ResponderEliminarCastrocalbon ¿no pertenece a Castilla-Leon?. ¿Por qué dice es leonés y no castillano? No entiendo. Me lo explique. Paulina
ResponderEliminarCreo que es cuestión de interpretación: León y Castilla, Castilla y León, tanto monta monta tanto, ¿recuerdas?
EliminarAcepto la aclaración que haces,no puedo discutir ese punto ya que pareces entendido en temas instrumentales y yo no, pero insisto y reafirmo lo dicho en mi comentario: toquen con el instrumento que toquen, como si lo hacen con guitarra eléctrica, la música y las jotas representadas proceden de la tradición leonesa.Y probablemente tú realmente sepas distinguir entre lo que es castellano y lo que es leonés, que objetivamente no es lo mismo. Por eso considero que la aclaración finaliza aquí. Pero quiero que me permitas que conteste a otro comentario que con sorpresa pregunta si no hablamos de lo mismo cuando citamos a Castilla y a León. En primer lugar, hasta en los Estatutos de Autonomía se recoge que somos dos regiones diferenciadas, por tanto, el guión que ha escrito es una incorrección dado que no hablamos de una sola región sino de dos. En segundo término, no sé si la autora del comentario es o no leonesa, pero si lo es, lamento profundamente la dócil aceptación que ha hecho de la anulación de León como región, pues decir que da lo mismo decir León que Castilla o que "Castilla-León", es bastante descriptivo de lo que piensa. Gracias y que nadie se sienta ofendido pues no tengo nada en contra de Castilla, solo que las cosas son lo que son y cada una tiene su nombre. Saludos.
ResponderEliminarComo contactar con el autor del libro?
ResponderEliminarHola Javier. Yo te puedo poner en contacto con Saúl, pero en privado. Mándame un correo electrónico y se lo haré llegar. Muchas gracias por leernos.
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