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domingo, 1 de diciembre de 2013

La profecía de San Fructuoso




He leído por alguna parte del basto Internet que San Genadio nació en el Bierzo Leonés. Eso NO es cierto, es probable y hablando de probabilidades el mayor porcentaje se lo lleva Vidriales, e incluso el entonces neonato pueblo de Ayoó. Me explico:

Si fuera verídico, y cada día más convencido estoy, que el monasterio de Ageo lo fundó San Fructuoso, debería ser sobre el año 650, durante el viaje que realizó a Braga, lugar en donde murió siendo obispo. El camino elegido, sin duda, sería la vía XVII del Itinerario de Antonino, la calzada romana que unía Asturica Augusta (Astorga) con Bracara Augusta (Braga). El numeroso séquito que acompañaba a Fructuoso, compuesto por religiosos, laicos y sus familiares llegó a Vidriales y se encontró una ciudad a orillas de la calzada, la mítica Sansueña, ciudad hoy desaparecida, creada en torno al campamento Petavonium, y de una superficie estimada de 90 hectáreas. (Para hacernos una idea del tamaño de la ciudad, según el SIGPAC los edificios y solares urbanizables de Santibáñez de Vidriales ocupan 50 hectáreas, Ayoó 20,3 hectáreas). Posiblemente estuviese parcialmente abandonada, las legiones romanas se habían marchado 150 años antes (409 d. C.), y la despoblación por falta de movimiento militar era evidente. Es probable que la fama de Fructuoso se conociera en la ciudad, como lo es el hecho de quedarse todos a pernoctar y descansar para continuar renovadas energías el camino. Pero Fructuoso, bien por petición externa, o por designio propio, decidió fundar un monasterio para reconducir aquellas gentes a una vida más ordenada y mejor, según las enseñanzas que regían su vida religiosa. Buscó un lugar tranquilo, apartado del bullicio, y valle arriba encontró el sitio perfecto; soleado, fértil, con agua y caza abundantes y al abrigo de ventiscas y de visitas no deseadas. Posiblemente, sobre un antiguo asentamiento mandó edificar nuevos recintos y aplicar sus reglas, dejó al cargo algunos monjes y continuó el camino hacia su objetivo, Braga. Así pudo nacer el monasterio de Ageo; biblioteca, centro espiritual y control físico temporal para la ciudad de Sansueña. En torno al monasterio rápidamente se edificaron humildes viviendas. Familiares e hijos de monjes y otras gentes trabajaron para la intendencia religiosa del monasterio y buscaron, a la vez, su protección. Es de resaltar que, analizando la orografía vidrialesa, podemos deducir que Ageo pudo no ser un cenobio al estilo de los Bercianos, si no un lugar de estudio, observancia y oración, resultado de la expansión religiosa de la llamada “Tebaida Leonesa”.

Una hipótesis sobre San Genadio: si se inició en el monasterio entre los 20 y 30 años, bien pudo ser descendiente de las primeras familias que acompañaron a San Fructuoso, o como decía, de Sansueña o de alguno de los pequeños y esparcidos pueblos vidrialeses. Mas extraño sería que con esa edad viajara desde el Bierzo cuando allí ya había monasterios más importantes donde completar su formación. Por tanto es más que probable que viera la primera luz en Vidriales, y su deseo de volver al bierzo no tenía que ver con la casa de sus padres, si no con la necesidad de vida cenobítica, en silencio, penitencia y oración, y la aspiración de reconstruir el monasterio de su padre espiritual San Fructuoso.

Volviendo a la historia, cerca del año 720 la invasión musulmana hizo mella en la ciudad de Sansueña, y por extensión en el valle de Vidriales. Se cree que la palabra “Sansueña” es de origen árabe, lo mismo que el nombre del arroyo que discurre valle abajo, el Almucera. El Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, editado por Pascual Madoz entre 1845 - 1850), indica en Rosinos de Vidriales (seguramente en el Castro) “una cueva en que se dice fabricaban los moros, vasijas de vidrio, trayendo canalizada el agua desde Castrocontrigo (3 leguas de distancia), y de estas fábricas parece toma nombre el valle de Vídriales". El monasterio de Ageo seguramente también sufrió el acoso y posiblemente la destrucción por parte de las hordas musulmanas. Restos nos quedan de su estancia en el pueblo solicitando tributo. Todavía hoy, al barrio en el que se encuentra el bar de Loli, se le llama “la Lóndiga” (la Alhóndiga, palabra árabe para llamar la casa-almacén de grano, principalmente trigo; también aquí se cobraba impuesto en especie y se almacenaba para el traslado). Pero poco duró esta invasión, los monjes no se fueron demasiado lejos, si acaso se ausentaron, porque a finales del siglo IX un importante grupo partió al Valle del Silencio berciano, lo que hace suponer que el monasterio disponía del personal suficiente, y en sus arrabales el bullicio había deseado para San Genadio y los suyos la vuelta a la vida cenobítica para continuar la oración y meditación que les inculcó San Fructuoso.

Otro dato que apunta al floreciente pueblo de Ayoó son sus ermitas; hasta 9 contaban, siendo el lugar un verdadero eremitorio cargado de espiritualidad. Las últimas en abandonarse fueron la de San Fructuoso, la de San Bartolomé, la de la Virgen de la Alhóndiga, y la de las Benditas Ánimas. Algunas de sus reliquias están en la Iglesia Parroquial, otras, desaparecidas. Así se cumplió la profecía de San Fructuoso, cuando nombró con la voz griega Ageo (santo) a su recién fundado monasterio. Hoy Ayoó “el santo”, o “lugar de santos”, es junto con Vidriales la zona que mas beatos y santos tiene por kilómetro cuadrado de España.

Un apunte. Esta historia del alto Vidriales carece de documentación, está basada en modelos de otros lugares y en razonada lógica. Con ella no pretendo fantasear, ni polemizar, solo saciar mi instinto de curiosidad buscando lo que pudo haber ocurrido que pueda rellenar ese espacio vacío de nuestro pasado. Si alguno de los lectores puede documentarme algún tramo le ruego que me lo haga saber, no yo, si no el honor a la verdad se lo agradecerá
Errar es de humanos, corregir… de sabios.

P.D. - Las fotos de abajo son  del campamento Petavonium, núcleo de la ciudad de Sansueña











5 comentarios:

  1. Hola Tij, puestos a imaginar , a mi me gusta esta.
    AGEO
    a- (Del gr. ἀ-, priv.).
    1. Denota privación o negación.
    geo-.(Del gr. γεω-, de la raíz de γῆ, tierra).
    1. Significa 'tierra' o 'la Tierra'.
    Si NO es TIERRA.....? Es cielo, celestial, paraíso.....?
    Podría ser, no? Aqui te lo dejo para que lo pienses.

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  2. Hola, anónimo. (¿Porqué anonimo?) Mi AGEO sale de uno de los libros irrefutables históricamente hablando: La España Sagrada del Padre Florez. Tu AGEO también me gusta, poético y enaltecedor. Sin duda al fundador del monasterio la visión del sitio le tuvo que fascinar, en la misma medida que a los que lo conocemos y vivimos en él. Ayoó es un lugar maravilloso, con una gran historia por descubrir. Un poco de imaginación tampoco viene mal, ¿no?

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  3. Puestos a fantasear, cosa que me gusta: Ageo en hebro significa fiesta, alegría (los de Ayoó sois muy festeros).
    San Fructuoso pudo bautizar con este nombre hebreo al monasterio -si fue él quien lo hizo- por la alegría que le causó esta tierra, o la alegría de la nueva fundación.
    También pudo ser porque dedicó el monasterio al profeta Ageo, que exhortaba al pueblo a reconstruir el Templo, la Casa de Dios, como lugar de encuentro del pueblo y de los gentiles con el único Dios verdadero. San Fructuoso le "construía" una nueva casa al Señor que hacía "volver" a los habitantes del Valle a Dios, un lugar de referencia para Vidrialeses, creyentes y no creyentes, para encontrarse con "El Salvador"...
    Puestos a fantasear... podríamos encontrar tantas explicaciones y respuestas diferentes...
    Me encanta tu investigación (y lo que hay de tu cosecha y "tu lógica"). Sigue con ello. Seguro que descubriremos nuevas cosas.
    Miguel

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  4. Miguel, gracias por tu aportación, aunque creo que “fantasear” no sea la palabra correcta para la búsqueda de una explicación sobre el origen del monasterio Ageo. Yo propongo “dilucidar”, o porqué no “investigar”. Aunque mucho me temo que Ageo tampoco sea nombre propio si no la terminación o el sufijo de otro, a juzgar por los nombres originales de otros monasterios Fructosianos (Peonense, Armenteira, Ripiano o Rupianense, etc). No olvidemos que hablamos de mediados del siglo VII, y para seguir en el tema hay que situarse mentalmente en una España que no era tal, en una época mísera y violenta, y con escasas infraestructuras romanas e incluso anteriores. Pero muy bien, has abierto nuevas vías a tener en cuenta.

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