eltijoaquin@hotmail.com - facebook.com/El Ti Joaquin

miércoles, 29 de octubre de 2014

De "pendoneo" por la Valdería


Sábado soleado, buena temperatura, perfecto día para quedar a las puertas de mi querida Valdería con unos amigos para visitar y disfrutar de la magia que siempre rodea a los Pendones donde quiera que estén. Esta vez los pueblos elegidos fueron Felechares y San Felix, y los amigos Jose, investigador y editor de Pendoneros de León; Gelo, Procurador de la Tierra; y sus señoras, María Jesús y Flori, pendoneras. Cafelito indispensable en la gasolinera de Castrocalbón para sentar el cuerpo, que la mente estaba puesta ya en las enseñas que solo se exhiben localmente, y de ahí el interés en documentarlas y compartirlas al menos fotográficamente como valioso legado que son.

Primer pueblo, Felechares, entre los márgenes del Éria escondido, como los demás pueblos a los que riega las vegas y abastece sus caños de molinos harineros. Dignos de mención son sus arcaicos castaños de los Pedragales, los que proporcionaron sombra y alimento a tantas generaciones. Sin más dilación nos encaminamos a la Iglesia, que todavía acoge en su jardinillo al tradicional Mayo amarrado en lo alto de un chopo. Da gusto ver que todavía se dedique tiempo a estas ancestrales costumbres, aunque no hayan encontrado un rato para bajarlo para comienzos de junio. A las puertas de la iglesia, con ayuda de algunos jóvenes, de Sergio, presidente de la Junta Vecinal y de D. Jorge, cura párroco, desenvolvimos un precioso paño tricolor, sobre una vara de 8,20, rematada en cruz parroquial de 42 cm. Solamente sortea el viento en la romería de Santa Elena, cuando van a buscarla a su ermita y la devuelven tras nueve días de novena, día festivo que se hace coincidir con el primer fin de semana de mayo y es regionalmente conocida además por los campeonatos de motocross. Parece ser que nunca ha participado en ningún acontecimiento ajeno al pueblo, al contrario que la auténtica cruz parroquial, que antaño se subastaba para acompañar en la ida y vuelta a Astorga de la Virgen de Castrotierra. Curioso.

Segundo pueblo, San Felix. De aquí me gustaría destacar sus desusados molinos, situados a caballo del caño que se cuidaba con esmero para su gratuito alimento motriz. Todavía conocí el de la Tahona, el de las Seras, el Molinín, el molino l’aceite y el de la Marra. El molino l’aceite también era conocido como el de la luz, porque durante un tiempo por medio de una dimano se generaba energía para eclipsar los candiles y las velas de las humildes viviendas antes de los primeros tendidos eléctricos del valle. Puntuales, con los Pendones vestidos y floreados, nos esperaban sus veladores también en la Iglesia, para enseñarnos el importante número de cuatro y de distintos tamaños desde los 4,60 en disminución hasta uno pequeñito infantil. Aunque la sorpresa estaba en lo que llaman pendoneta, por su paño reconstruido altruistamente por un grupo de mujeres con lo aprovechable del pendón “viejo”, con seguridad centenario. Dos colores, rojo del realengo del pueblo y verde de valor demostrado, unidos con pasamanería dorada y entrecalada, y rematados con flecos también dorados. Posiblemente de seda damasquizada, por su especial tacto, y porque con la mínima brisa ondea con facilidad. La vara es de negrillo y lisa, de 4,35 de alto, del mismo árbol que la vara antigua que todavía se conserva en el techo de la sacristía, labrada en sus acanaladuras con pequeñas hornacinas y muy afectada por insectos xilófagos. Esta pieza estaba policromada con los colores del paño, tiene una longitud de 7,50 metros y parece que ya fue recortada para mejor manejo. Los cuatro Pendones se lucen en las procesiones de las fiestas del 13 de junio en honor a San Antonio de Padua y de las del 30 de agosto por su patrón San Félix. Tampoco participan en ninguna concentración, pese a la afición de algunos de sus jóvenes de desfilar con el Pendón de Calzada.

Y cerca del mediodía ya, saltamos la sierra de Carpurias para entrar en Fuente Encalada, donde a mis amigos les tenía reservada una pequeña sorpresa. Este pueblo no pertenece a la actual provincia de León, jovencísima cuando hablamos de Pendones; está situado en el originario y Regio León, y ya lo dice la gente: “No hay un pueblo de León, que no tenga su Pendón”. En el trastero de la Iglesia se conserva una vara de 6 metros de chopo del país, con 13 acanaladuras coronada con una pequeña cruz parroquial de bronce de 21 centímetros. La gente mayor del pueblo recuerda el paño, perdido entre las humedades y polillas de algún cajón desde que los cables eléctricos cruzaron las calles hace más de 70 años. Era rojo carmesí, con flecos y pasamanería dorados, y parece que hay cierta iniciativa por recuperarlo y volverlo a exhibir como siempre se hizo. Ánimo y enhorabuena por tan sabia decisión.

Terminamos la mañana en el bar, planeando nuevas indagaciones. Pronto volveremos por Vidriales, buscando en los trasteros el rastro de paños y varas, que haberlas “haylas”, y de faltar nos informaremos por las memorias indelebles de las personas mayores, que son documentos históricos de gran valor y rigor. Con tan buena compañía, da gusto rememorar nuestras eminentes raíces leonesas.


Felechares de la Valdería











San Félix de la Valdería











Fuente Encalada







1 comentario: