Lo reconozco. Lo
primero que busco al entrar en Internet es el Facebook; me gusta estar al día de las inquietudes y
opiniones de mis amigos y conocidos, o desconocidos que merecen mi atención. Y en cuanto reviso los mensajes, tengo costumbre de visitar la página de Pendoneros
de León para conocer las novedades y ver los carteles de futuras pendonadas. Me
parece un sitio indispensable para los seguidores de esta afición-tradición,
como me parece digno de reconocimiento el trabajo del socio fundador de la
asociación del mismo nombre, mi buen amigo José Antonio Ordóñez en la edición
de dicha página.
Parece que una
pendonada sin su presencia, las camisetas de su asociación y su inseparable
cámara de fotos no es tanta pendonada. Y la razón no es el tamaño, la
importancia o la cantidad de participantes, es el documento fotográfico que
comparte con tantos se acerquen en la distancia a estos eventos a través de
Internet. Jose es toda una institución en el tema; promueve, divulga, asesora…
nadie tan desinteresadamente aporta tanto a la afición, y tan bien.
Ejemplo de lo dicho
ocurrió el domingo 21 de junio por tierras palentinas, en Poza de la Vega.
Fuimos invitados a una celebración a la que no se puede faltar: el nacimiento
de un nuevo Pendón. Ha sido el tesón del alcalde Daniel Alonso, y un grupo de
amigos los que decidieron dar el gran paso, al visitar una concentración de
Pendones en Quintana del Marco y observar la habilidad con las largas varas
leonesas. De vuelta midieron la suya: 6,75; nada que ver con los 9 o más de las
recién vistas. Este domingo terminaba el proceso contra reloj para vestir ante
la comunidad su nueva vara de 9 metros y bendecir su paño, confeccionado en
Zamora. Los Pendones de Palacios de la Valduerna, Alija del Infantado, Calzada
del Coto, Jiménez de Jamuz, Santa Catalina de Somoza y el de la Virgen del
Campo del valle Vidriales llegados en dos autobuses, y los pequeños Pendones de
aquella comarca, hasta el número de 23 arropamos el ritual de iniciación y
bautizo con nuevos aires del recién nacido.
La ceremonia puede
ser civil, religiosa, o ambas mezcladas, y cargadas de una gran simbología.
Comienza a modo de rito de iniciación, con la vara desnuda en el suelo, entre
un corro de Pendones izados e invitados al evento. Es costumbre que una persona
autóctona haga de maestro de ceremonias leyendo la “Bendición y Alzado de
Pendón”. Conforme va leyendo varios pendoneros de distintos pueblos,
generalmente hábiles manos femeninas, ayudan a vestir el paño, como símbolo de
aceptación en la comunidad. Al concluir el vestido y armado de remos es el
momento de la bendición religiosa, recomendable desde mi punto de vista, por
incluir el entrañable derrame sobre las sedas de agua bendita. Al final de la
oración, el paño se hará tocar suelo y a la voz “Alzad Pendón” también alguien
autóctono será el privilegiado de dar los primeros pasos con él. Se hará un
recorrido, y durante y al finalizar, el recién estrenado se podrá llevar y
bailar para una completa integración en la comunidad.
La oración de Bendición
y Alzado del Pendón es como sigue:
“Las campanas y el
pendón del Pueblo son”,
reza el antiguo dicho
de nuestras gentes,
con el cual se da
cuenta de cómo esos dos elementos
sirven y representan
a nuestras comunidades, a nuestros concejos
y hermandades desde
tiempos antiguos y, como queremos que sea,
para los de quienes
nos han de seguir.
Sobre la vara cortada
y tallada al modo antiguo
colocamos la tela
nueva.
En lo alto fijamos el
ramo
que recuerda los
mayos de las antiguas creencias
y la cruz de la Vida
nueva.
Y unimos vara, tela,
ramo y cruz
en los colores de
nuestra tradición.
Pedimos para este
Pendón la bendición y,
con ella, lo
alzaremos bien alto,
que sirva con honor
como señal y
que a todos los
vientos ondee
y muestre siempre el
valor de nuestra Fraternidad.
(Bendición)
Por cuanto recibimos
de los nuestros,
y cuanto nos obliga
con quienes nos han de seguir,
levantad ese pendón y
levantadlo bien alto,
señalando el lugar al
que todos somos llamados.
“Nombre del pueblo” ¡Alzad
Pendón!
En Poza de la Vega se
palpaba el calor. Y el atmosférico también. Así que fue de agradecer el
generoso refrigerio finalmente amenizado por el grupo de música tradicional que
nos acompañó en toda la mañana: Vino Marcelino. Alegría, bailes, charla…
conocer nueva gente es signo de obligación en medio del hermanamiento. Volvimos
cansados, pero contentos. Unos anfitriones de lujo, y mejores amigos. Pronto
nos volveremos a ver, seguro, y siempre al lado del Pendón.
P.D.- Consejos sobre
el ritual y Oración de Bendición y Alzado aportados para la celebración y el artículo por Jose, que siempre la
lleva en su mochila. De la página Pendoneros de León, los documentos
fotográficos del día:
Y de la cámara de Jose Antonio, una foto de la primera pendonada de Daniel, en Quintana del Marco:
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