eltijoaquin@hotmail.com - facebook.com/El Ti Joaquin

domingo, 16 de septiembre de 2012

De Congosta a la Peregrina


Llevo varios años haciendo desde Congosta el camino a la Peregrina. He de confesar que la primera vez, desconociendo lo que sería y significaba, fue un poco por cabezonería, la propia que llevo en las venas como buen “cazurro” que soy, o sea, un obstinado leonés. Salvo graves excepciones, como ocurrió el año pasado por enfermedad familiar, desde entonces repito y repetiré esta agradable experiencia de colgar un día el trajín cotidiano y caminar como lo hicieron nuestros antepasados hacia un lugar santo, sagrado, un lugar de culto donde poder remendar los jirones del espíritu. Desde “el balcón de Vidriales”, aproximadamente 30 Km. de bellos parajes de la carballeda alientan y acompañan al caminante por una tortuosa carretera hasta el pequeño pueblo de Donado, donde se celebra una importante romería el primer domingo de septiembre, acompañada de multitud de “sacacuartos”, a saber: mercadillo, bares, churrerías, juegos para niños o no tan niños, y lugares donde degustar buen pulpo como ya es tradicional. Cuentan las crónicas que algún año hasta 6000 personas han llegado a inundar los alrededores del majestuoso santuario, y que la víspera, cientos de peregrinos acudían desde lejanos sitios en viaje de varios días, andando, a caballo, o con los pies descalzos, para hacer noche dentro del Santuario, y el domingo, tras cumplir con los deberes religiosos y asistir a la misa principal, regresar por el mismo camino a sus lugares de origen. Esta ruta, la del sábado desde Congosta, se sigue manteniendo y así lo hizo notar, en la misa de los peregrinos, el rector del Santuario D. Manuel Benavides, aunque no todos son de Congosta, también somos de Ayoó, de San Pedro de la Viña, de Santibáñez, de San Pedro de Ceque, etc. En el año 2010, D. Manuel publicó LA PERLA DEL TONKÍN, un estudio histórico sobre la Virgen Peregrina y su Santuario de Donado, editado en Gráficas La Comercial de Astorga. En la homilía nos quiso agraciar con un breve resumen del documentado libro, sobre el origen del Santuario y el largo viaje de la preciosa imagen de la Virgen del Rosario, que preside el retablo mayor, y es objeto de veneración. Realmente me impresionó esta historia, me parece digna de conocer, por lo que, aparte de aconsejar la lectura del libro, yo también la intentaré resumir. Comienza el 28 de diciembre de 1734, cuando nace en Donado D. Manuel de Obelar Bernardo. En 1763 es destinado como dominico a las misiones del Tonkín Oriental, hoy Vietnam. Es consagrado Obispo en 1779 y en 1789 muere a la pronta edad de 54 años. En su lecho de muerte, su último pensamiento fue pera el lejano pueblo que lo vio nacer, Donado, sus familiares y amigos, y mandó hacerles llegar una imagen de la Virgen del Rosario de la que nunca se separó en sus múltiples viajes, de tal forma que la llamaba “mi querida Peregrina”. Mide 70 centímetros de altura, del blanco marfil son sus manos y rostro, y vino en una adornada caja, escoltada por los misioneros Dominicos que escucharon la última voluntad de D. Manuel de Obelar. Junto con la Virgen envió también dos estatuillas de 10 centímetros de altura, S. Pedro y S. Pablo, y un mensaje: “Ahí va esa Paloma, hacedla un Palomar donde dignamente pueda anidar”. El viaje de Vietnam a Donado duró 10 años y 3 días, y la imagen fue colocada provisionalmente en el retablo mayor de la Iglesia Parroquial. El 25 de junio de 1817 se pone la primera piedra del nuevo Santuario, unas obras que finalizarían en 1888, al cabo de 71 años. El resto de vicisitudes se pueden encontrar en el libro de D. Manuel Benavides, de lectura fácil y entretenida. Nombres, fechas, documentos, medidas, coste en reales, exvotos… y el tesón de grandes personas con y sin nombre que han podido llevar a cabo este hermoso proyecto. De “la Pelegrina”, como también se dice, este septiembre he traído varias cosas: esta historia, una poesía, un montón de fotos y un agradable recuerdo espiritual para el que, lo siento, no he encontrado palabras; un recuerdo que cada cual habremos interpretado a nuestro modo. Yo solo sé que ya queda menos para el próximo septiembre.




A DONADO PEREGRINO

El sol despunta en Congosta,
amanece, y hace frío;
agosto se va, y septiembre
despereza con rocío.

La mochila y una vara,
sin más, partimos con brío,
charla larga, paso corto,
grata compaña de amigos.

En el raso de la chana
la laguna seca vimos;
cuando el agua la abandona
todo el monte está en peligro.

Detrás del pozo artesiano
Cubo aparece vacío:
quien aserana aún dormita,
quien madruga ya se ha ido.

Cruzamos la carretera
de Nogarejas al Río,
Negro, como se le llama,
y del Puente su apellido.

Largo trecho nos separa
entre encinas y tomillos,
del pueblo de Villalverde;
saludamos sus vecinos.

Una fuente medio seca
es el próximo objetivo,
al lado otra carretera
viene de Castrocontrigo,
y nos acercará entre ondas
a Donado, que es el sitio,
donde a la blanca paloma
el palomar le han construido.

En buen recodo encontramos
a Quintanilla escondido;
a la entrada nos esperan
sus viejos pétreos molinos,
y en la plaza banco y fuente…
es hora del bocadillo.

Con el cuerpo remediado
de Quintanilla partimos,
próximo pueblo, Justel,
hermano de su vecino,
la carretera lo ignora
y continuar es preciso,
que el sol no concede tregua…
adiós y al paso, decimos.

A orillas de la cuneta
bajan a vernos los pinos,
nos acompañan a un valle
donde vemos edificios:
Muelas de los Caballeros;
antes, su río sentimos.

Llegamos al mediodía
al arroyo cristalino;
hay quien descalza y descansa,
si de los pies quiere alivio,
y quien quiere continuar,
nosotros así lo hicimos.

En la terraza de un bar
pedimos aperitivo,
el paseo detenemos,
deshacemos los hatillos,
compartimos cual hermanos
refrigerio merecido,
y luego partida o siesta,
cada cual como ha querido.

Dan las seis, y retomamos,
con más romeros venidos,
el camino a Donado,
es lo que hemos prometido.

A otra vuelta un campanario
nos avisa del destino,
al santuario hemos llegado,
un templo catedralicio.

A las siete nuestra misa,
el don es agradecido;
aquí estoy una vez más,
ya no sé qué me ha traído,
solo sé que volveré
mientras pueda, a repetirlo.

En el trono nos aguarda
la Virgen Madre de Cristo,
a Ella pedimos amparo
para nos y conocidos,
salud, trabajo, esas cosas
para no vernos perdidos,
y ojalá el año que viene
venga alguien más que los mismos.

Volver a casa contentos,
satisfechos, doloridos:
nuestro tributo por ser,
este día… peregrinos.

---ETJ---

P.D.-Para visualizar mejor las imágenes, hacer clik encima






































4 comentarios:

  1. Muy bueno hermano.

    ResponderEliminar
  2. Me gusta y espero hacerlo algún dia. Estas hecho un artista

    ResponderEliminar
  3. Chulo, chulo, espero que vuelvas el año que viene y nos lo cuentes, yo no tendría fuerzas para tanto camino. Un abrazo Paulina

    ResponderEliminar
  4. Amigo Joaqui, que Carracedo tambien esta en el mapa aunque en pequeño

    ResponderEliminar