eltijoaquin@hotmail.com - facebook.com/El Ti Joaquin

martes, 25 de diciembre de 2012

Nuestro Belén parroquial 2012




Según relata la Biblia, el libro que recoge más de 3000 años de historia, el más traducido y el más vendido, y el único declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, José, hijo de David, salió de Nazaret para inscribirse con María, su esposa y en avanzado estado de gestación, en la ciudad de Belén. Pero allí había llegado ya multitud de gente con su mismo propósito, y las posadas, completas, cerraron al paso de la necesitada pareja. A última hora de la tarde, les ofrecieron como cobijo un establo, donde María dio a luz a su hijo, lo envolvió en pañales, y acostó en un pesebre. Al poco, se presentaron unos cuantos pastores preguntando por el niño, pues un ángel se les había aparecido en el monte, mientras se turnaban en el cuidado de sus rebaños, anunciándoles la venida de un Salvador. Posteriormente, en el año 1223, el fundador de las órdenes Frailes Menores y Hermanas Clarisas, San Francisco de Asís, llamó a Juan, (hombre de buena fama y de mejor tenor de vida), [sic] y le dijo: “Si quieres que celebremos en Greccio esta fiesta del Señor, date prisa en ir allá y prepara prontamente lo que yo te voy a indicar. Deseo celebrar la memoria del niño que nació en Belén, y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno” [sic]. Aquella noche en una cueva y sobre un pesebre vacío, San Francisco, en presencia de muchas personas venidas desde el pueblo italiano de Greccio con velas y antorchas, celebró la Eucaristía. Otro fraile Franciscano, Tomás de Celano, a principios de 1229 escribió así aquel hecho: Llegó el día, día de alegría, de exultación. Se citó a hermanos de muchos lugares; hombres y mujeres de la comarca... Llegó, en fin, el santo de Dios, y viendo que todas las cosas estaban dispuestas, las contempló y se alegró. Se prepara el pesebre, se trae el heno y se colocan el buey y el asno... Llega la gente, y ante el nuevo misterio, saborean nuevos gozos.... El santo de Dios está de pie ante el pesebre, desbordándose en suspiros, traspasado de piedad, derretido en inefable gozo. Se celebra el rito solemne de la misa sobre el pesebre y el sacerdote goza de singular consolación [sic]. No fue, por tanto, la primera representación del belén como la conocemos hoy, si no algo mucho más importante espiritualmente que desde hace varios años se repite en nuestra iglesia de Ayoó, como en otras muchas: la misa sobre el pesebre vacío los cuatro anteriores domingos a la festividad de la Navidad, lo que se conoce como Adviento. Cuatro velas, una por cada domingo, se irán encendiendo al comienzo de la misa. Todas juntas acompañarán al niño el día de Navidad con nuestros mejores deseos. Este pudiera ser el origen de la inclusión de animales en la representación del establo de Belén, con el objeto de darle mayor realismo a la cueva de Greccio. El Papa Benedicto XVI recoge en su libro, para gozo de incultos tergiversadores, algo que es mundialmente conocido y fácil de comprobar: en ningún lugar de las Sagradas Escrituras se nombran animales que ocuparan sitio alguno del establo donde María diera a luz. Sin embargo añade, (y ocultan los falsos críticos), que incluir animales es una hermosa tradición libre de representar. Ayer en nuestra Iglesia terminamos de colocar el Belén. Con burro y buey, si, pero en segundo plano. Preside la cueva la Sagrada Familia, lo único que de verdad importa, lo realmente indispensable y verdadero. También hemos añadido una cabalgata de Reyes, simbolizando la adoración al recién nacido que allí tuvo lugar. En 1223, San Francisco de Asís pidió un deseo, quizás el primero navideño. Desde la homilía en la cueva de Greccio, de sus propios labios, y con sentido vigente en la actualidad: "Si yo hablara con el emperador, le suplicaría que, por amor de Dios y en atención a mis ruegos, firmara un decreto ordenando que ningún hombre capture a las hermanas alondras ni les haga daño alguno; que todas las autoridades de las ciudades y los señores de los castillos y en las villas obligaran a que, en la Navidad del Señor de cada año, los hombres echen trigo y otras semillas por los caminos fuera de las ciudades y castillos, para que, en día de tanta solemnidad, todas las aves y, particularmente las hermanas alondras, tengan qué comer; que, por respeto al Hijo de Dios, a quien tal noche la dichosa Virgen María su Madre lo reclinó en un pesebre entre el asno y el buey, estén obligados todos a dar esa noche a nuestros hermanos bueyes y asnos abundante pienso; y, por último, que en este día de Navidad, todos los pobres sean saciados por los ricos" (San Francisco, Leyenda de Perusa, 14). Que así fuere.


Con éste artículo permitidme la licencia de felicitaros la Navidad en nombre de la Parroquia del Salvador de Ayoó de Vidriales. Así nos ha quedado el belén, esperamos que os guste.












3 comentarios:

  1. Ole, ole y ole... No escribes nada sin documentarte, eh?
    Me uno a tu felicitación de la Parroquia de Ayoó y la hago extensiva de todo el Centro de Atención Pastoral "Vidriales".
    Para todos el abrazo de Navidad más gordo que se pueda dar, casi tanto como el que nos ha dado el Dios hecho hombre

    ResponderEliminar
  2. Estupendo. Eso es cultura e información cristiana y darla a conocer. Cada uno predica a su manera. Felices días.

    ResponderEliminar
  3. ¡¡¡Feliz Navidad Joaquín!!! Has de pasarte a ver el nacimiento que han montado en Castro con figuras de playmóbil.
    También de puede ver en you tube:
    http://youtu.be/iSePTXa5WGE

    ResponderEliminar