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domingo, 23 de junio de 2013

Concentración de clásicas en Requeijo



El pasado domingo, Ayoó fue destino de ruta y posterior tentempié en la III Concentración de Clásicos de Castrocalbón, organizada por un grupo de aficionados en las instalaciones deportivas de este pueblo de la vecina Valdería. Con la algarabía propia de este tipo de actos, y siguiendo el célebre tópico, muchos no encontraban, y el resto se perdieron cruzando Ayoó hacia el destino final, Requeijo, lugar elegido por su amplitud, tranquilidad y belleza donde compartir hermanados comida, bebida y sus historias sobre tiempos mejores, motores y viajes. Hermosa afición, la de conservar auténticos mitos sobre ruedas, aferrarse en los recuerdos especiales y a las extraordinarias máquinas que marcaron un antes y un después en los desplazamientos por la piel de toro, y hacer pública su pasión incondicional por estas reliquias, en su día símbolos de modernidad y progreso, importantes herramientas de transporte o independencia, o útiles masculinos por excelencia en el ligue o en posición social. No me pude decantar por algún modelo en particular, el nivel de restauración y mantenimiento es demasiado elevado para desmerecer ninguno de los participantes, unos 150, 90 de ellos sobre solo 2 ruedas. Quizás alguien debería volver la vista atrás y meditar sobre estas máquinas, que ni mostraban el camino, ni aparcaban solas, ni contaban con mayor electrónica que la de los nostálgicos casetes que llegaron a su máximo exponente cambiando de cara automáticamente, pero que dejaban al viajero en su destino sin batería, aceite, agua en el radiador o luces en la noche; así, leales artilugios con corazón de hierro, pies hinchados y diseño sobrio y elegante que han pasado a la posteridad como clásicos, en lo más extenso de su definición. Ha llovido demasiado desde la patente del motor de explosión de Lenoir, en 1860: “Sistema de motor de aire dilatado por la combustión de gases encendidos mediante electricidad”, o la patente de 1886 de Daimler para su aparato: “Vehículo de ruedas movidas por un motor de gas o petróleo”, y los delirios de los diseñadores en vez de simplificar o eternizar, complican la mecánica hasta niveles aberrantes, como las de ciertas marcas que para cambiar una sencilla lámpara que se funde con extrema facilidad se debe desmontar el depósito del líquido anticongelante, la batería, el paragolpes o la rueda delantera, haciendo que el mínimo fallo se convierte en avería gorda y la cartera en pozo sin fondo para estos simples mantenimientos. Recuerdo aquellos coches… se podía saber cual pasaba con solo oír su motor; se podía ir de un lado para otro con solo enseñar el pulgar hacia la dirección elegida, porque el conductor era un caballero y el caminante un agradecido y educado compañero; se podía volver de fiesta porque 5 ocupantes no era limitación, ni para la pericia del piloto ni para la robustez del vehículo, era una razón de honor que nadie quedara “tirado”; y en caso de avería se podían llevar a cualquier taller que con garantía y precio razonable el coche, diseñado para sobrevivir a su dueño, volvería a la carretera a contar años y kilómetros para llegar a nuestros días en manos de conductores que saben valorar lo extraordinario, la perfección en la mecánica, la fiabilidad y dureza bajo la apariencia de nostálgicos y coloridos iconos del pasado siglo, pero que ya forman parte de la historia universal. Y qué decir de las motos, las hermanas mayores y ricas de las bicis, que salen más lejos y gritan más alto, las que llevan un joven corazón e inculcan eterna juventud a sus pilotos convirtiéndoles en nexo entre el cielo y el suelo, proporcionándoles esa indescriptible sensación de libertad, de elección, de permanente contacto con la naturaleza… de respeto por estas máquinas míticas sobradas de leyendas. Unos amigos de Castrocalbón son los culpables de estas concentraciones y exposiciones; también me han dicho que colabora BMC La Bañeza, (Bañeza Motos Clásicas): mi felicitación por el agradable rato pasado, lástima que vuestras llamadas al ayuntamiento ayoíno para promocionar el evento no encontraran mayor interlocutor que el médico ¡…! y si alguno nos enteramos fue de casualidad. Otra vez será.

































 









3 comentarios:

  1. OLE EL REPORTAJE . ERES EL REPORTERO MAS DICHARACHERO DEL VALLE VIDRIALES .
    DE VERDAD QUE ESTOS COLEGAS DE LAS CLASICAS SE LO CURRAN. CUESTA MUCHO MANTENER EN PERFECTO ESTADO DE REVISTA ESAS MAQUINAS . UN ABRAZO A JAVI , JAVI , PEPE , TINO , Y TODOS LOS AMIGOS DE CLASICAS.

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  2. Menudo reportaje fotografico y literario Joaquin!!!!!!

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  3. muy buen trabajo, están en todos los sitios

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