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lunes, 28 de mayo de 2012

La fuente romana de El Robleo




Recuerdo que siendo adolescente, no tendría más de 10 o 12 años, jugaba con mis amigos a las excavaciones… ¿arqueológicas? Cuando teníamos algún día libre, muchísimos menos de los que disfrutan los chicos de hoy, cogíamos las bicis y alguna pequeña herramienta para ir a la chana, al lado de la fuente que llamamos “El Robleo” (el Robledo) a buscar “tesoros”. Nadie nos había dicho que allí los pudiera haber; creo que lo mágico del lugar nos animaba a hacerlo, sin más.

Bueno, en cierto modo miento, nuestros mayores nos habían contado que en los alrededores de la fuente se acercó un cacharero de Jiménez, con su carro lleno de barriles, cántaros, tarteras, etc. Y debido a lo cenagoso del lugar, las vacas, el carro, y todo su contenido se hundieron desapareciendo para siempre, y del asustado artesano decían que se libró por los pelos. Claro, que en la fuente de “mildeos” (mildedos) de Ayoó parece ser que sucedió lo mismo, o bien el cacharero era gafe, o era su fantasma vagando de fuente en fuente repitiendo su mismo accidente.

La fuente del “robleo” se secó hace por lo menos medio siglo, cuando comenzaron a perforar pozos artesianos en los valles. Y algo de pozo artesiano natural tendría, cuando recuerdan los que lo vieron manar que el agua levantaba con fuerza las blancas arenas del lecho, junto con pequeñas burbujas de aire, a las que les damos el simpático nombre de “gurgulitos”. La calzada romana, llamada también carretera del obispo (supongo que por venir desde Astorga por ella), pasa a escasos metros del seco manantial, por lo que tuvo que ser forzoso alto en el camino de incontables viandantes. ¡Cuántas meriendas se verían ayudadas por el agua de esta fuente!

Por cierto, un sorprendente dato: la calzada cruza la chana en perfecta línea recta, aproximadamente 4 Km., y además está orientada con la misma perfección norte-sur. ¿Casualidad?, me gusta pensar que no, aunque solo sea para poner una vez más de manifiesto la magnífica habilidad romana para la construcción. Aunque para sorpresas, la de saber que bajo los pies de aquellos inocentes niños exploradores, en realidad se esconden las ruinas de dos grandes campamentos romanos, y lo que parece ser una torre circular de vigilancia.

Yo conocía, a 200 metros en dirección sur partiendo desde la fuente, una elevación circular en el terreno, como un plato vuelto del revés, con un diámetro aproximado de 70 metros. Aquello no era natural, es evidente, y ha tenido que ser gracias a potentes y gratuitas herramientas como el Google Maps o el SigPac, cuando los modernos satélites nos han llevado a otra realidad, maravillosa realidad. Al lado de la fuente, dos construcciones militares dejaron restos todavía hoy visibles y apreciables conociendo su paradero. Dos campamentos romanos: el mayor de 230,67 metros, (medidas aproximadas) que corresponderían a 6,5 actus vorsus (o surco, medida empleada para marcar el perímetro de la nueva ciudad, que equivale a 35,489 metros, véase (http://eltijoaquin.blogspot.com.es/2012/02/de-astorga-rosinos.html ), 156 passus o 780 pedis (plural de pes, pié romano) de largo por 159,70 metros, 4,5 actus vorsus, 180 passus o 540 pedis de ancho; y el menor de 159,70 metros, 4,5 actus vorsus, 180 passus o 540 pedis de largo por 124,21 metros, 3,5 actus vorsus, 84 passus o 420 pedis de ancho. La elevación circular tiene un diámetro de 70,97 metros, 2 actus vorsus, 48 passus o 240 pedis. Para comparación, el campamento Petavonium tiene 248, 42 metros, 7 actus vorsus, 168 passus o 840 pedis de largo por 195,18 metros, 5,5 actus vorsus, 132 passus o 660 pedis de ancho. (Medidas aproximadas en distintos sistemas romanos de medida realizadas en metros con el SigPac).

De los dos campamentos de la chana, al lado de la fuente del robleo, me sacó de mi ignorancia Saúl Cenador García, natural de Castrocalbón, graduado en ingeniería mecánica, quien ha presentado un extraordinario trabajo como proyecto final de carrera, con puntuación de matrícula de honor. Entre otros temas incluye estos campamentos, que fueron curiosidad de niños sin sospecharlo, e importante testimonio para satisfacción de ese otro niño que sigo llevando dentro. Dicen los seguidores del esoterismo que los cruces de caminos y los pozos esconden positivas fuentes de energía. A lo mejor llevan razón, y es la energía que me llevó y llevará, mientras pueda, a disfrutar al mismo lugar. Es mi sino.

P.D.- Las fotos de abajo están sacadas del google maps y del sigpac, para apreciar mejor las distintas coloraciones del terreno.


Campamento circular, o torre de vigilancia romana.



Campamento romano, SigPac-Maps



Otro campamento, Sigpac-Maps.


Petavonium, Maps.

2 comentarios:

  1. Impresionante Joaquín. Envidia me das con estos conocimientos y datos que tienes sobre la historia de nuestra tierra.
    Me imprimo el post para enseñárselo a Ernesto (padre de Saul)
    Un saludo

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  2. `Muy interesante Joaquin, como siempre. un abrazo Paulina

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